domingo, 30 de octubre de 2016

¿Y si López Obrador declinara a favor del EZLN?



En vísperas de las elecciones federales de 2006 el EZLN convocó, en su Sexta Declaración de la Selva Lacandona, a “una campaña nacional”. Pero no cualquier campaña sino una “muy otra porque no es electoral.” Pertenezco a esa franja de activistas que participó en La Otra Campaña que lanzó el EZLN en 2006. Estuve en la Selva Lacandona en diciembre de 2005, en una de esas reuniones preparativas donde llegaban activistas de todo el país.
Aunque desde nuestra perspectiva (trotskista) polemizamos dentro de La Otra porque esta carecía de una postura clara para el día de las elecciones –¿por quién votar? ¿por quién no? ¿anular el voto?– también, y principalmente, celebrábamos que la campaña tuviera una clara orientación anti-capitalista. Teniendo que tomar partido en el proceso electoral, estábamos del lado de La Otra. (No así mucha gente de La Otra, que se auto-denominaban “bígamos”, y que en el día de la elección votaría por el PRD de López Obrador.)

Como recién egresado del IPN –terminé mis estudios ahí en diciembre de 2005– participé en las reuniones universitarias de La Otra en la ciudad de México, donde organizamos mítines en el Poli, la UAM y la UNAM con el subcomandante Marcos. Fue mi última intervención como activista estudiantil. Justo estábamos celebrando que esos actos habían sido un éxito, cuando en un mitin en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco –sí, la misma del 2 de octubre de 1968– El Sub anunció que en esos instantes estaban reprimiendo al Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) de San Salvador Atenco, adherentes de La Sexta. Ese sería el final de La Otra…

Muchos de los presentes en Tlatelolco nos lanzamos como pudimos a Atenco, bajo la idea de que el gobierno no se atrevería a reprimir si se encontraba con mucha gente. En fin, fui con mis compañeros del POS. Cuando ya era más o menos la 1 de la mañana, valoramos que la Policía Federal Preventiva (PFP) no iba a entrar a Atenco y que seríamos más útiles si nos regresábamos al DF para apoyar desde temprano en acciones de protesta por la represión al FPDT. Alguno de nosotros conversó con la esposa de Ignacio del Valle, principal figura del FPDT, para compartirle nuestra lectura de la situación. Ella tampoco creía que los pefepos fueran a entrar, y le gustó la idea de que nos fuéramos a hacer mitote en el DF.

Recuerdo los helicópteros sobrevolando Atenco –cuando dejaron de hacerlo, fue cuando valoramos irnos, sin saber que sólo estaban ya en los preparativos de la toma de Atenco unas horas después. Recuerdo las fogatas y bloqueos en plena carretera. Era un ambiente tenso, también solidario. Nos fuimos. Cuando al despertar revisé mi celular, que puse en silencio, vi los mensajes que ya circulaban: la PFP sí había entrado a Atenco. Y lo hizo poco después de que yo y mis camaradas nos fuimos de ahí. Tuvimos suerte. Mucha suerte.

Pues bien, el EZLN volverá a hacerse presente en unas elecciones federales. Esta vez, parece, de modo muy distinto de aquella campaña “muy otra porque no es electoral.” El actual comunicado conjunto del EZLN y el CNI, a diferencia de la Sexta Declaración, sí hace un planteamiento electoral:

“[N]os declaramos en asamblea permanente […] para nombrar un concejo indígena de gobierno cuya palabra sea materializada por una mujer indígena, delegada del CNI como candidata independiente que contienda a nombre del Congreso Nacional Indígena y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en el proceso electoral del año 2018 para la presidencia de este país.”

Mujer indígena. En efecto, ellas son quienes se llevan la peor parte de la vida –más bien, pseudo-vida– bajo el capitalismo mexicano. Los estudiosos del tema han insistido en que la pobreza tiene el rostro de ellas. El carácter anti-capitalista se mantiene después de 10 años: la actual iniciativa es justificada como parte de su decisión de “seguir vivos construyendo la esperanza de un futuro posible únicamente sobre las ruinas del capitalismo.” Todo el comunicado enlista ataques contra los pueblos indígenas del país por parte de la anti-santísima trinidad: neoliberalismo, estado corrupto y narcotráfico.

La del 2006, fue una campaña post-moderna. Había un título de libro que sintetizaba las ideas del momento: “Cambiar el mundo sin tomar el poder” de John Holloway. Diez años después, ese libro cayó en el olvido. El alejamiento zapatista del post-modernismo es claro; pero sus resquicios post-modernos también lo son. Así, aunque hoy el EZLN/CNI insisten en que “nuestra lucha no es por el poder”… al fin y al cabo lanzarán una candidata a una contienda donde se disputará el poder. Esta tensión marcará esta campaña.

Por otro lado, si bien la actual declaración del EZLN/CNI es una dura crítica del capitalismo mexicano, queda un pendiente: la articulación de una alternativa a él. En este sentido, la tradición socialista –la de Stalin no, por supuesto– puede aportar mucho, siempre y cuando supere dogmatismos y no busque, como siempre, encasillar la cuestión indígena dentro de una u otra clase social. Dicho esto, sí será urgente tender un puente entre el indigenismo anti-capitalista y todos aquellos que, sin ser indígenas, también son lastimados por el capitalismo: por ejemplo, los trabajadores de las ciudades.

Lo más importante, sin embargo, es que el EZLN ha evolucionado mucho desde 1994 cuando, en la lógica del frente popular estalinista, diera su apoyo crítico a la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas. Hoy, además de superar las ambigüedades post-modernas de 2006, lanzará al ruedo electoral una voz anti-capitalista. López Obrador, por supuesto, chillará.

Señalemos, por lo pronto, que esa leyenda según la cual López Obrador perdió en 2006 gracias al no-apoyo del EZLN, es simplemente una jalada. López Obrador, a inicios de ese año, lideraba las encuestas por una amplio margen sobre Felipe Calderón del PAN. Pero el Peje se dedicó a dilapidar su ventaja, dormido en sus laureles –su lema de campaña, “Ya Ganamos”, era una síntesis no sólo de su arrogancia, sino de su miopía. Atribuir a La Otra los efectos de los propios errores es, simplemente, una holgazanería intelectual además de una canallada. No nos sorprendamos. Ahora vendrá un ataque similar desde Morena porque el EZLN le “está haciendo el juego” a la mafia en el poder. López Obrador tiene la solución en sus manos: que decline a favor del EZLN, el cual, sin duda, tiene más trayectoria de lucha que él.

El fin del sexenio ya está a la vuelta de la esquina. Felizmente, una candidatura anti-capitalista también.



* Columna publicada el 17/oct/2016, bajo el título “El regreso del EZLN”, en 30-30 y El Barrio.

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