miércoles, 2 de diciembre de 2015

El rico debate acerca de las elecciones en Argentina, hace pensar en las elecciones de México 2018



1. He leído decena de artículos alrededor de las elecciones presidenciales de la primera y la segunda vuelta en Argentina. La primera vuelta se llevó a cabo el 25 de octubre [] de manera conjunta con las elecciones legislativas. Habrá una segunda vuelta (o ballotage) el 22 de noviembre ya que ninguna fórmula obtuvo en las elecciones generales más del 45% de los votos positivos, o más del 40% de los votos positivos con una diferencia de al menos 10 puntos porcentuales con respecto a la segunda fórmula, en cantidad de votos positivos. Por ello los candidatos presidenciales Daniel Scioli del “Frente para la Victoria” y Mauricio Macri del “Frente Cambiemos” deberán enfrentarse en una nueva elección.
2. Los argentinos no tienen mucho de donde escoger: votan por Scioli, que podría ser la continuidad del kichnerismo con muchas contradicciones, o se deciden por Macri que es el representante de la derecha más reaccionaria y cercana a fascismo. Algunos, que apenas representan un cinco por ciento de los votos, están llamando al “voto blanco” porque consideran que Scioli y Macri “son más de lo mismo: proyectos empresariales y proyanquis que están entregando a Argentina hacia un profundo proceso de privatización. Si en México existiera la “segunda vuelta electoral”, en 1988, 1994 y 2000 Cárdenas hubiese competido con Salinas, Zedillo y Fox y López Obrador con Calderón en 2006 y con Peña en 2012; pero los empresarios harían perder a los socialdemócratas.

3. Este debate que hoy se registra en Argentina también se ha desarrollado en México pero en la primera vuelta. Aquí tanto Cárdenas como López Obrador han sido apuntalados por la centro/izquierda o socialdemocracia. El PRI/PAN derechista, por los empresarios, medios de información y clero. En Argentina, con excepción de algunos pequeños grupos radicalizados de izquierda como los trotskistas y anarquistas, no existe una socialdemocracia desarrollada. Son los herederos del peronismo en sus varias vertientes y el Frente Cívico Radical, ambos empresariales y anticomunistas, así como el sector militarista, los que han dominado en los últimos 50 años la escena política. Aquí parece haber una ventaja política en México.

4. En México, antes de la implantación del neoliberalismo en 1982, las derechas y las izquierdas socialdemócratas eran ampliamente manipuladas por el PRI que se colocaba siempre en el centro político. Pero a partir de ese año el PRI se corrió hacia la derecha conformando con el PAN un estrecho maridaje interrumpido por pequeños pleitos de familia. ¿Qué hizo el socialdemócrata PRD? Para terminar de descomponerse y no quedarse solo en las negociaciones partidarias, corrió también a los brazos del PRI. El partido Morena de López Obrador es ahora la esperanza partidaria electoral que debe luchar para salvarse de las mil y una trampas preparadas por el sistema político: mediatización, absorción, amenazas, represión, acuerdos, ventajas, presupuestos, etcétera.

5. En Argentina se ha propagado que Macri ha recibido un fuerte apoyo de la derecha internacional encabezada por Vargas Llosa y que de ganar rompería con organismos internacionales como Unasur, ALBA, Bancosur, apoyaría bases militares yanquis, etcétera. De Scioli se dice que conservaría las buenas relaciones con los países del ALBA a pesar de su derechismo empresarial. Pregunto: ¿Qué pasó con los movimientos de desempleados, los sin trabajo, los piqueteros, los caceroleros, con las organizaciones obreras de izquierda y centroizquierda? La realidad es que los resultados de las elecciones en Argentina van a ser determinantes para las elecciones en toda la región y la relación con el imperio de los EEUU. Argentina es importante país de América.

6. Si López Obrador no abre el camino con los sectores en lucha: maestros, electricistas, mineros, telefonistas, indígenas, campesinos, apoyándolos de manera abierta y sin miedos, es seguro que la burguesía buscará cerrarle todos los caminos. Morena –evitando toda centralización que por autoritaria ha pasado a mejor vida- debe abrirse a todos los sectores buscando organizar batallas conjuntas contra todo tipo de privatización. En los últimos años han surgido muchos, miles de frentes o comités de defensa del agua, de la luz, de las tierras, de los derechos humanos, contra la carestía. Morena puede ofrecer sus servicios y participar junto a las organizaciones. ¿Qué mejor apoyo puede recibir Morena a cambio de acompañar a los trabajadores?

7. Si Morena rompe su sectarismo hacia los trabajadores mexicanos, seguramente otras organizaciones e individuos romperán con el suyo. El debate en Argentina está cada día más interesante para los pueblos de América Latina porque lo que allí suceda –en medio de los ataques imperialistas contra Venezuela, Bolivia, Brasil, Ecuador- va a influir de manera determinante. Los Kirchner no se proclamaron partidarios del socialismo y la sociedad igualitaria, pero sus 12 años de gobierno ayudaron a los países de América en la lucha antimperialista. Muchos hubiésemos querido que conformaran una izquierda radical mundial, que fueran consecuentes luchadores anticapitalistas; pero sólo hicieron lo que pudieron.

Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com

El gobierno del PRI, con su centrismo, manipuló a Cuba y a la socialdemocracia mexicana



1. No olvido que el especialista en partidos políticos en el mundo, Maurice Duverguer, pregunto hace unos 50 años estando en México: ¿Cómo el PRI se ha mantenido tantas décadas en el poder, con mucha estabilidad, sin grandes problemas políticos? Luego Vargas Llosa calificó al PRI como una “dictadura perfecta”. Mi respuesta fue siempre: el PRI ha sabido jugar con la izquierda, un día aplaudiendo a Cuba y a los campesinos y al otro día, con la derecha, vitoreando a los EEUU y a la clase empresarial. No puede olvidarse que el PRI fue el partido centrista-derechista y sólo a partir de 1982, con el neoliberalismo, se pasó definitivamente a la derecha pro imperial.
2. Este juego manipulador lo aprendió el PRI de la revolución burguesa mexicana que supo subordinar mediante concesiones a campesinos y terratenientes, a empresarios y obreros y terminó organizándolos y reglamentándolos. ¿Puede olvidarse que en 1962 sólo México no rompió relaciones con Cuba mientras más de 20 países de América acataron las órdenes de EEUU? Por ello la “izquierda” siempre estuvo muy agradecida del gobierno mexicano y Cuba mil veces más. También por ello Cuba nunca condenó al gobierno mexicano por asesinatos de guerrilleros o como la brutal represión y asesinatos de 1968.
3. Cuba fue durante 55 años muy respetuoso y agradecido con el gobierno burgués mexicano y sus relaciones con México fueron siempre cordiales. A pesar del “internacionalismo proletario” que siempre defendieron los marxistas, de apoyos solitarios a las luchas de otros pueblos, Cuba guardo mucha fidelidad a la política mexicana. ¿Podría ser de otra manera si México jugaba como una especie de colchón ante las permanentes amenazas de los EEUU a Cuba y además era como un puente turístico? ¿Quién puede olvidar que los presidentes López Mateos y Echeverría se decían del “izquierda dentro de la constitución” y “nacionalista”?
4. Los presidentes Echeverría Álvarez (1975) y López Portillo (1980) visitaron Cuba; pero Fidel Castro fue solo a Tulum en 1979 y a Cozumel por prohibición del presidente Reagan de que estuviera en Cancún. A pesar de las protestas de cardenistas Fidel vino a la toma de posesión de Salinas en 1988; a pesar del levantamiento zapatista, a la de Zedillo en 1994 y a la de FOX en 2000.Pero el acabose fue en 2004 cuando Fox –por órdenes del presidente Bush, le dijo a Fidel en Cancún: “comes y te vas”. A muchos izquierdistas nunca nos agradaron esas muestras de solidaridad de Cuba con gobiernos burgueses mexicanos, pero siempre lo entendimos.
5. Sabíamos que Cuba no era un país socialista, que sólo era el discurso de Rusia, China, y que sólo ponía toda su voluntad y buscaba oportunidades para serlo. ¿Puede construirse el socialismo en un solo país o en unos cuantos países si el imperialismo yanqui controla económica y militarmente casi totalmente al mundo? De aquí surgió la discusión de Stalin (en un solo país) y Trotsky (sólo en varios países) en 1927 que impidió la construcción de estrategias que buscaran el desarrollo del internacionalismo y de la revolución mundial; también llevó al desplome de lo que se autodenominó “socialismo”. ¿Qué fue lo que se registró en esos países sino ensayos fracasados?
6. México y Cuba son países vecinos y, si bien no tienen mucho de qué conversar, pueden alinear relaciones en pequeñas inversiones y en turismo; pequeñas porque México está casi en banca rota. Las curiosidades históricas, musicales, en la lengua y la religión –sobre todo con Yucatán- son recuerdos importantes, pero nada más. Como alguien diría: ”no sólo del pan vive el hambre” , también puede vivir de recuerdos. Pienso que Cuba ha cumplido mucho con México, incluso creo que se sometió; espero que este país –el patio trasero del imperio- ahora le devuelva con solidaridad los apoyos políticos de Cuba.
7. Cuba, con sus 11.5 millones de habitantes, es una gran nación. Aunque no logró construir ningún socialismo porque ningún país tampoco lo consiguió, es una república mucho más pobre, pero más igualitaria. Su pueblo está alfabetizado al 100 por ciento y sus niveles educativos y en salud son incomparablemente superiores al mexicano. Aunque no se construyó el socialismo se logró un pueblo mucho más solidario. ¿Y las elecciones para gobernantes? Nada tienen que ver con la llamada democracia occidental o la mexicana que se maneja con dinero y los políticos permanecen más de 40 años pasándose de un cargo a otro y enriqueciéndose con dinero.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Lázaro Cárdenas, populista y el mejor amigo de la República



Estos días andamos celebrando el 80 aniversario de la creación del POUM.
El año que viene la misma efeméride pasa por el inicio de todo aquello, de una guerra que cada día conocemos mejor. Es el momento de trabajar más algunas de sus páginas y sí es posible, páginas que permitan espacios comunes en la pluralidad inherente a los amigos del pueblo. Uno de esos espacios tiene un nombre. El de Lázaro Cárdenas. Esto resulta tan evidente que el documental que más minuciosamente describe su biografía, Lázaro Cárdenas   El Hombre y el mito/Lázaro Cárdenas, Entre el pueblo y el poder está contado por Enrique Krauze, uno de los intelectuales domésticos más vil del los medios adictos. Sin embargo, Krauze se ve obligado a decir lo contrario de lo que habría dicho sobre Hugo Chaves, otro cardenista que tal. Ciertamente, en el documental se cuelan algunas intervenciones que son como peajes reaccionarios obligados. Así por ejemplo, los comentarios sobre las iniciativas obreras son efectuados por un magnate que asegura que con la gestión obrera los obreros no hicieron más que perder y no se presentan otras opiniones. Aún y así, creo que contienen la suficiente verdad como para ser recomiendo vivamente.

A Lázaro Cárdenas (Jiquilpan, Michoacán, en 1895-México, DF, 1970) le tocaron vivir tiempos de revuelta de los de abajo, una revolución que lo alcanzó cuando era muy joven. La zona en la que habitaba era fundamentalmente agraria. Sus trabajos estuvieron relacionados con la administración de rentas y que, con unos amigos, había fundado una imprenta. Compartía las ideas de los que querían que México cambiara, así que cuando la revuelta llegó a su zona, colaboró para imprimir un Manifiesto de la revolución . Comenzó a ser perseguido, y no tardó mucho en incorporarse a las filas constitucionalistas, en concreto en las lideraba por Carranza. Por entonces todavía no había grietas entre los revolucionarios, y Carranza compartía la misma lucha que unía a Zapata y Pancho Villa contra el general Victoriano Huerta, que en 1913 se rebeló contra Madero. Huerta fusiló a Madero, lo que sirvió para reforzar a sus rivales. La revolución, que empezó en 1910, siguió adelante durante al menos una década.

El 1 de diciembre de 1934 fue electo presidente de México y tuvo que enfrentarse con el ambicioso y conservador Plutarco Elias a quien finalmente obligó a abandonar el país en 1936, desterrado a los Estados Unidos. El conflicto entre ambos se había acentuado por la actitud “cómplice” de cárdenas frente a la ola de huelgas que se desató tras su toma de posesión y que Plutarco Elias exigía que se reprimieran. También dicha complicidad, surgiría una corriente anticardenista dentro del ejército, pero la actitud enérgica del presidente hizo que la institución armada permanecería hasta el final obediente a sus órdenes del presidente. Durante su mandato, Cárdenas aceleró el proceso de unificación del movimiento obrero hasta llegar a la creación de la Confederación de Trabajadores de México (CTM). La CTM, organizada a principios de 1936, junto con la CNC, se convirtió en un pilar del cardenismo,, si bien tuvo serios problemas con su líder, Lombardo Toledano, sobre desde que este se hizo portavoz de las exigencias estalinistas ante el asilo a Trotsky, una medida que la derecha internacional veía como una prueba del “comunismo!” de Cárdenas.

Cárdenas presidió el gobierno que fue -sin la menor duda- el mejor amigo de la República, por no decir el único, por lo menos consecuente. Ayudó incluso con exportación de armas para lo que tuvo que enfrentarse con Rooselvelt. Al tiempo, abrió las puertas del país a los refugiados, “malditos” (gente sospechosa de “subversivos” como se diría ahora) de España y del mundo, algo que visto el panorama actual, impresiona. Hasta los anarquistas más intransigentes han de reconocer que hubo un gobierno que los acogió y les ayudó. Cárdenas se enfrentó a la URSS y a sus propios estalinistas por lo de Trotsky, al que acogió con todos lo honores y con el dispuso de pasadizos de comunicación a través del general Múgica. El propio Trotsky no se contuvo en elogiar su coherencia Ni tan siquiera los más sórdidos neoliberales se atreven a atacarlo de frente…

Cito este documental por temas de trabajo. Antes había podido echar la vista a otro sobre “Los niños de Morelia”, que resulta una tentativa de reconstrucción del destino de los niños españoles que llegaron a la capital del Estado de Michoacán en 1937, cuando la aviación “del Eje” (franquista-alemana-italiana) desangraba las ciudades y los pueblos de las Españas. Llegaron en barco a Veracruz y, desde allí, fueron directamente al Distrito Federal, donde los recibió el general. El documental entrevista a los que vivieron aquella odisea, evocan sus dificultades, sus problemas de adaptación en una ciudad conservadora cuando ellos habían aprendido en casa a levantar el puño y a cantar canciones revolucionarias. El exilio fue tremendo, pero para ellos fue más fácil, pudieron adaptarse mejor. La mayoría se sienten mexicano-españoles, algunos España ya no les mueve. Todos tienen claro que aquella fue una lucha terrible y necesaria contra el horror fascista, contra lo peor de lo peor.

El Gobiernos de México cumplió con sus compromisos internacionales. Se limitó a apoyar a un Gobierno amigo cuya legalidad estaba siendo cuestionada hasta por el gobierno frentepopulista francés y ofreció toda la ayuda que pudo dar, sin condiciones, a todos los que defendían la República, sin mayores matices. No sólo ayudó a la República española. Protestó en los foros internacionales cuando la Italia fascista invadió Etiopía y denunció al régimen nazi cuando incorporó a Austria y cuando agredió a Checoslovaquia en 1938. Eso no significa que no hubiese una derecha profranquista, que la había. Malcom Lowry habla de ella en Bajo el volcán. Pero la izquierda siempre siguió lo que sucedía en España. Hubo un corrido de 1931 que celebra el triunfo de la República. Cuenta de la reina que sale huyendo, habla de un tren que se estropea y bromea por que su alteza llegara finalmente a París en un vagón de tercera.

Después de los niños de Morelia, al terminar la guerra fueron muchos más. El primer barco cargado de exiliados fue el Sinaia, que llegó a Veracruz el 13 de junio de 1939. Luego llegaron los buques Ipanema, Mexique, Nyasa y Champlain, y se calcula que fueron entre 20.000 y 24.000 los españoles que se instalaron a lo largo y ancho de México.

Cárdenas ofreció otra oportunidad a los perdedores de la guerra que fueron recibidos como apestados en la Francia ocupada. El que permitió que la cultura republicana en sentido amplio -la apertura de las ideas más avanzadas en todos los terrenos, el pluralismo ideológico que contó con medios y plataformas, la posibilidad de los debates abiertos, el triunfo de la razón frente al oscurantismo, todo lo que el franquismo aplastaría- siguiera viva, se reconstruyera en otro lugar, tuviera descendencia y desde la lejanía, contribuyera a la lucha contra la tiranía, por ejemplo a través de las editoriales. No fueron solamente intelectuales que enriquecieron sensiblemente la cultura mexicana. , también llegó gente de todas las clases sociales y de las profesiones más diversas, militancias múltiples de manera que las diferentes escuelas pudieron crear sus plataformas. No solamente fueron españoles, también llegaron otros como Victor Serge, el alemán Gustav Regler, el francés Marceau Pivert, nombres claves en la historia socialista de entonces. Se cuenta que cárdenas hizo mucha amistad con un español porque sabía de olivos, y ése era un cultivo que él estaba empeñado en introducir en México.

Cárdenas fue un presidente que viajó de un lado a otro de México para conocer las necesidades de sus compatriotas. Repartió casi dieciocho millones de hectáreas en ejidos para mejorar las condiciones de vida del campesinado. La nacionalización de los ferrocarriles y la expropiación de las grandes compañías petroleras fueron otras de las medidas de su gobierno, que se empeñó en la modernización del país y lo tuvo que hacer contra los mercados y contra las grandes potencias, en especial el Reino Unido y el poderosos vecino del Norte, siempre preocupado por defender la democracia (o sea los “intereses norteamericanos”). Igualmente se recuerda su política educativa. Aumentaron las escuelas, impulsó la educación mixta, se afanó por que las campañas de alfabetización llegaran hasta los más remotos confines e hizo que los maestros ocuparon el lugar que antaño ocupaban los curas 1/. En cuanto a cuestiones internas, permitió la formación de nuevos partidos políticos, como el Partido de Acción Nacional (PAN).

El cardenismo fue el canto de cisne de la revolución mexicana. Se distinguió por sus hechos, por su afán a favor de los más necesitados, defender la legalidad, profundizar en la democracia, mantener la herencia liberal, reforzar la educación; todos esos valores vienen de antes, y es entonces cuando resuena la revolución mexicana. Sintéticamente se puede decir que representó: a) El ejército apoya el cardenismo y es leal a él, ya que le ha dado voz y voto y el poder presidencial que Lázaro Cárdenas llega a tener, no amenaza el poder militar, sino lo consolida, aunque a partir de Cárdenas el poder lo ostente la presidencia más que los generales; b)Con los trabajadores impulsó el tema de los derechos mediante una gran confederación de trabajadores en donde todos estuvieron unidos al Estado y el Estado se comprometió a velar por los intereses de ellos, sus medidas serían actualmente consideradas como “socialistas” (y Lázaro se sentía como tal); c) El sector campesino y el indígena apoyan a Lázaro Cárdenas porque se les ofrece y entrega la Reforma agraria; d) A los empresarios les ofreció un proyecto económico viable (aunque muchos de ellos echaron pestes); e) Trató de incluir a la iglesia en su proyecto; f) Situó México en un plano de referente democrático internacional.

En torno al desarrollo económico del país, Cárdenas llegó a considerar que estaba en la posibilidad de optar entre dos alternativas para ese desarrollo, imitar la estrategia del modelo capitalista seguido por las sociedades industrializadas o intentar un camino diferente que combinara el crecimiento de la producción con el desarrollo de una comunidad más integrada y más equitativa. La utopía propiamente cardenista, consistiría en tratar de ir más allá del keynesianismo o del fascismo, sin desembocar en un modelo “soviético” que sería idealizado a lo largo de los años cuarenta. La actividad agropecuaria y la exportación de minerales y petróleo, se vieron sometidos a una dura prueba. El país asistió a un principio de sustitución de importaciones a la vez que al uso intensivo de la capacidad instalada. La política gubernamental favoreció el aumento de su uso a cerca del 100%. El estado asumió nuevas funciones: “Estado activo”, involucrado directamente en la producción y creación de infraestructura.

Las regiones norte y centro del país, experimentaron los mayores crecimientos de la producción agrícola por habitante y la menor participación del ejido en el total de la superficie cultivada. La zona norte de la costa del Pacífico, tuvo el menor índice de crecimiento productivo. El ejidatario siempre contó con un financiamiento menor que el propietario privado. La baja en el valor de la producción no necesariamente significó un empeoramiento de la situación del campesino. Por el contrario, el consumo de alimentos aumentó en las zonas rurales sin que lo registrara la economía monetaria. Todo ello hizo que al cabo de los años, el cardenismo permaneciera como un referente de “buenos tiempos” para los pobres, de orgullo nacional en un mundo de terrible, repleto de gobiernos canallas.

Consta que Lázaro Cárdenas fue el único presidente asociado al PNR que no se sirvió de su cargo para enriquecerse. Se retiró a una modesta vivienda cerca del Lago Pátzcuaro y trabajó el resto de su vida supervisando proyectos de riego y promoviendo clínicas gratuitas y educación para los más desposeídos. Siguió comentando asuntos de política internacional y abogando por los derechos humanos y el fortalecimiento de la democracia en Latinoamérica. Fue uno de los miembros más destacados del Tribunal Russell que se atrevió a juzgar los crímenes del imperio en el Vietnam, un desafío que resultó una pesadilla para los poderosos. De ahí que con ocasión de la restauración neoconservadora, el imperio se cuidara de situar a los intelectuales domesticados en los espacios mediáticos.

Cárdenas fue uno de los mejores amigos de la revolución cubana, denunció la matanza de estudiantes en el mayo mexicano. Resulta lamentable que por aquí todavía no se le hayan dedicado avenidas o plazas, que no se hable de un ejemplo sobre el cual podemos discutir en base a unos principios positivos de acuerdos.

1/ Conviene recordar que en México, la separación entre Iglesia y Estado viene del siglo XIX, de una ley de 1857, y ya en 1856 estaba permitido el divorcio. Aun así, hubo roces entre los católicos y la revolución, por ejemplo los problemas con los cristeros. En este caso –novelado por Gram. Greene en El poder y la gloria- la actitud de Cárdenas fue transparente. Evitó todo conflicto con ellos cuando era gobernador de Michoacán, se adelantó a sus reivindicaciones y les tendió la mano para negociar. Su fórmula era la palabra, no el derramamiento de sangre. En Michoacán no hubo víctimas en la revuelta de los cristeros.

martes, 27 de octubre de 2015

Notas políticas-críticas breves


1- Le llamaron “milagro mexicano” en el extranjero, al periodo segundo periodo de “desarrollo estabilizador” de los años 1957 a 1970 porque: a) hubo estabilidad de precios y un crecimiento de 4 por ciento; b) la agricultura siguió creciendo por arriba de la población, aunque se frenó en 1957; c) tendencia al aumento de exportaciones de manufacturados; e) mayor diferenciación de salarios y concentración del ingreso; f) Al inversión extranjera y oligopólica; g) Déficit en cuenta corriente y aumento de deuda externa. Fue el final del sexenio de Ruiz Cortines y los dos sexenios siguientes: el de López Mateos e el de Díaz Ordaz.

2- Dice Gerardo Bueno: Siendo un modelo adoptado por un buen número de países, puede afirmarse que México tuvo éxito: La tasa de crecimiento de su PBI entre 1950 y 1970 fue de las más altas (6.2 por ciento anual, promedio) de los últimos años y el tipo de cambio se mantuvo fijo desde 1954 hasta 1976. Se alabó mucho la economía mexicana, pero después de la matanza de estudiantes en 1968 y más protestas, el Gobierno de Echeverría (197076) crea el llamado “desarrollo compartido” porque la riqueza se había reconcentrado en unas cuantas manos y la población estaba descontenta porque la desigualdad había crecido. 

13. La represión al POLI, Maestros y FFCC de 1956-60

1- Paralelo a ese “milagro mexicano” que hizo más millonarios a los ricos, en 1956 se cerró el internado de Santo Tomás de los estudiantes del Politécnico con la acusación de que era un “nido de comunistas” y gente marginal que vivía en el internado con alumnos de origen pobre de todo el país. Se obligó a los gobernadores a abrir una Casa de estudiantes de cada estado. En esos años también estalló el descontento de maestros del DF othonista por problemas salariales y condiciones de trabajo. A los pocos meses se clausuró en internado de la Nacional de Maestros. El descontento crecía en medio del “milagro económico mexicano”

2- A partir de 1958 estalló el gran movimiento ferrocarrilero dirigido por Demetrio Vallejo que paralizó el trasporte ferroviario –de manera firme y exacta, por lo menos en cuatro ocasiones- en todo el país. En 1959, ante el miedo de que también otros sectores obreros se paralizaran, el gobierno encabezó al ejército desatando una masiva represión y encarcelamiento de más de 2000 obreros líderes en el país. La represión que después desató el gobierno contra campesinos, estudiantes de universidades, médicos, sectores populares, no tendrían el peso de lo que fue a represión a los obreros del ferrocarril. Más de mil obreros fueron encarcelados.

14. ¿Qué fue en el mundo la liberación juvenil de los años 60?

1- Los movimientos estudiantiles en 1968 en Alemania, Francia, EEUU, México, incluso Checoslovaquia, quizá fueron la culminación libertaria de toda la década de los sesenta. La invasión de EEUU a Vietnam, las luchas de los negros contra la discriminación, el debate chino-soviético, la revolución antimperialista y prosocialista en Cuba, la irrupción de la música rock y los Beatles, el hipismo mundial y la liberación femenina, la crítica a la coexistencia pacífica, la invasión a Cuba y los asesinatos a los Kennedy, la renuncia de Cassius Clay a su corona por negarse a ir a matar a Vietnam, la renuncia de Sartre al premio nobel de literatura; todo en los sesenta.

2- Fue sin duda una gran revolución en las relaciones en la familia, la escuela, la iglesia, dentro de los gobiernos, los partidos y los sindicatos. No hay duda que estos cambios en todos los niveles fue un poner en vivo las ideas anarquistas de libertad. ¿Qué fue el cambio en el vestir, en los cabellos y largas barbas, en el tipo de pintura, de música, en el consumo de enervantes, vivir en comunas, sino la búsqueda y la práctica de la libertad? 

15. La década obrera en México y la Reforma política

1- Si los años sesenta fue la década de la libertad, los años setenta en México fue la década de la movilización obrera. La realidad es que el discurso del presidente Echeverría Álvarez creó muchas expectativas en sus dos primeros años. Ya cuando candidato se había pronunciado contra la represión estudiantil e incluso se publicó que el presidente Díaz Ordaz quiso quitarle la candidatura. Fue muy demagogo y se habló de un “nuevo Cárdenas”, del “nacionalismo revolucionario” y que estaba dispuesto de deshacerse de Fidel Velázquez para colocar a otro como Rafael Galván quien había iniciado un pleito por el contrato colectivo de trabajo del Sindicato de electricistas (STERM) contra Pérez Ríos.

2- Las batallas de Galván se extendieron en toda la República y ello desató un movimiento obrero en cientos de fábricas del país en la primera mitad de los setenta. Hubo cientos de huelgas que sentían cierto respaldo del régimen. Sin embargo a partir de 1974 las cosas se le descompusieron al gobierno, sobre todo entre la burguesía de Monterrey y los medios de información, que estuvieron en desacuerdo con el presidente. También se registró la represión de estudiantes de 1971 y todo el periodo conocido como “la guerra sucia”. Por ello ese periodo requiere de una investigación. De allí surgió la devaluación de 1976, primera desde 1954. 

16. El nacionalismo revolucionario de 1970-82

1- Cuando comenzó a imponerse en 1982 el llamado Neoliberalismo privatizador se desarrolló de parte del PRI, PAN, empresarios y sectores derechistas, una gran y enorme campaña contra el “nacionalismo revolucionario” de los presidentes Echeverría y López Portillo; los empresarios bautizaron este periodo como la “docena trágica” porque habían devaluado la moneda, habían apoyado a argentinos, chilenos, nicaragüenses, salvadoreños y guatemaltecos como refugiados y como revolucionarios. El discurso del “nacionalismo” venía de Lázaro Cárdenas quien expropió el petróleo y apoyó a los refugiados españoles.

2- El presidente López Portillo (1976-82), a pesar de aprovechar (o despilfarrar con cinismo) una enorme riqueza petrolera en sus primeros años de gobierno, en 1980 se desplomó el precio mundial del petróleo y todo se vino abajo. Gritó que los millonarios habían saqueado el país, nacionalizó la banca, provocó el levantamiento de los empresarios, entró el FMI para salvarlo y se introdujo el neoliberalismo privatizador. JLP cayó en el estercolero de la corrupción y los empresarios aprovecharon el momento para ascender directamente al gobierno de la mano de los presidentes De la Madrid y Salinas. El neoliberalismo cayó en el desprestigio. 

17. El Neoliberalismo en 1982 de Thatcher, Reagan y el Papa

1- Muchos investigadores han concluido que el neoliberalismo se inició con el derrocamiento de Allende en Chile en 1973. Se Habla del Nobel en economía Friedman, de Hayek como los ideólogos que derrotaron al viejo Keynes que en los treinta aconsejó la intervención del estado en la economía, tal como el “Nuevo Trato” de Roosevelt y el mismo Cárdenas. Luego ese mismo proyecto neoliberal creó las condiciones para acabar con la URSS y los países del Éste que se autoproclamaban “socialistas”. Sin embargo en México se sitúa a partir de la firma de la “Carta de Intención” en 1982 por De la Madrid y el FMI, imponiendo sus políticas.

2- Fue brutal el año de 1982 porque la economía mexicana se desplomó por la tremenda caída de los precios del petróleo, porque el FMI le impuso una serie de medidas draconianas a México para vender toda la propiedad pública al sector privado, para entregar la economía social al sector privado y por obligarlo a cavar con el gasto social del gobierno (salud, educación, asistencia social, precios subsidiados) y ajustarlo a las determinaciones de la empresa. La Conasupo, que fue una empresa comercial estatal fuerte, fue combatida durante muchos años por el sector privado porque presionaba a la baja los precios, fue clausurada. 

18. El gobierno salinista, la privatización y su herencia

1 -Carlos Salinas gobernó de 1988 a 1994 y puede demostrarse, en parte, que fue el poder tras el gobierno de De la Madrid (1982-88). Pretendió hacer lo mismo tras Colosio y tras Zedillo (sus sucesores), pero ya era insoportable y Zedillo lo obligó a exiliarse por dos o tres años. Acumuló tanto poder y riquezas que hay datos que prueban que estuvo tras los panistas Fox y Calderón y tras el presidente actual Peña Nieto. El tipo es muy hábil, cínico y sagaz y está metido o penetra en todo. Los principales personajes de la lista de Forbes consolidaron su capital en el sexenio salinista: Slim, Azcárraga, Salinas Pliego, etcétera.

2- Con Salinas se reestablecieron relaciones con el Vaticano; se terminaron de recuperar para capitales extranjeros los bancos; se vendieron las paraestatales de las 1,500, que quedaban; se vendió teléfonos, TV Azteca, los ferrocarriles, las tierras ejidales y mil cosas más. Si bien los siguientes gobiernos de Zedillo, Fox, Calderón y Peña han continuado por el mismo neoliberalismo, debe reconocerse que Salinas fue el padre de ese engendro. El mismo PAN –que desde su nacimiento fue un partido subsidiado por el gobierno y algunos empresarios sin poder obtener presencia- fue impulsado por Salinas a cambio de reconocerlo como presidente. 

19. El TLC, el levantamiento zapatista y el panismo

1- En los últimos meses de 1993 el gobierno de Salinas firmó con EEUU y Canadá el Tratado de Libre Comercio (TLC) y en ese mismo periodo impuso en la candidatura presidencial a Luis Donaldo Colosio. Los luchadores sociales de izquierda nos sentíamos helados y totalmente derrotados por el gobierno que anunciaba cínicamente, con “bombo y platillos”, sus triunfos. Por lo menos durante un año tratamos de demostrar que el TLC llevaría a México a una mayor miseria y al desempleo. Salinas, los del PRI y del PAN se burlaron. El PAN desde 1988 había acordado privilegios para su partido; declaraba que Salinas estaba poniendo su viejo programa.

2 El 1 de enero de 1994 surgió el movimiento zapatista del EZLN tras la toma de San Cristóbal, Chiapas. La felicidad volvió en mí y al día siguiente me trasladé a San Cristóbal cubriéndome en mi trabajo periodístico. El gobierno de Salinas dio muestras de habilidad al frenar el movimiento en 12 días e iniciar acuerdos de pacificación. El EZLN pronto vio que aquella lucha no se extendería a otros estados y tomó el camino de los acuerdos y negociaciones. Ningún gobierno cumplió los acuerdos firmados y el EZLN tuvo que resistir pacíficamente creando e inventando salidas. Hoy el EZLN es más fuerte entre los indígenas, pero la lucha armada se hizo a un lado. 

20. La educación pública, privada, las inversiones y la CNTE

1- En la historia de México, por lo menos hasta 1921, predominó la educación privada al servicio de las familias que podían pagarla. En 1921 se funda la Secretaría de Educación que extiende la educación pública en todo el país. Fue hasta los años treinta cuando podría demostrarse que la escuela pública superaba a la privada y años después la educación privada sólo representaba el cinco por ciento de la pública. Vasconcelos en 1921, con la creación de la SEP; Bassols en 1934 con la escuela mixta y Torres Bodet en 1943 y 1960 con el Plan de once años y los libros de texto, fueron los personajes que más empuje le dieron a la educación.

2- A partir de 1982, con la imposición en México del neoliberalismo y la privatización, la inversión en educación, en servicios de salud, en asistencia social –sobre todo con la imposición del FMI de recortar la inversión social y vender empresas públicas al sector privado- se frenó y comenzó a desplomarse. La UNESCO desde 1948 ha recomendado que en educación se invierta el ocho por ciento del PIB y en México se ha invertido del 3.8 al 4.2 por ciento; en tanto en otros países se invierte el 12 por ciento. México nunca ha estado bien en educación, pero a partir de 1982, según la OCDE, ocupa los últimos lugares en casi todos los campos del avance educativo. 

21. La Salud, IMSS, ISSSTE, en proceso de privatización

1- Los servicios de salud en México son pésimos, por lo menos desde 1982. Alrededor de la mitad de la población cuenta con servicios del Seguro Social (IMSS) y del ISSSTE para empleados federales. Durante los gobiernos panistas (2000-2012) apuntalaron un proyecto (el seguro popular) para extender los servicios de salud a todos los habitantes mediante una pequeña cuota. Funcionó algunos años con deficiencias. ¿Por qué es pésimo el servicio? Porque no se contratan los médicos, las enfermeras, equipo técnico y de servicio necesarios; ello provoca de entrada que se limiten las consultas, se alarguen las citas, que el servicio de especialistas sea mínimo.

2-. ¿Por qué esas y muchas más deficiencias provocan el desprestigio y el desprecio a los servicios de salud que proporciona el Estado? Simple: se busca privatizar totalmente los servicios vendiéndoselo a empresas, pero no sin antes provocar que sus trabajadores y derechohabientes comiencen a abandonarlo. Todos los servicios “subrogados” a hospitales privados son prueba del futuro de las instituciones de salud. De que la privatización es un hecho es incuestionable; lo que no sabemos es con qué discurso se hará. En adelante hay que prepararse para enfrentar esas medidas que obviamente van contra los intereses de la población mayoritaria. 

22. Los partidos políticos y el pacto PRI, PAN, PRD y demás

1- En México los partidos políticos registrados, con excepción del PRI que ha gobernado desde 1929, son organismos de presión controlados con millonarios subsidios del presupuesto público mensuales y anuales. Desde que se impuso el neoliberalismo en 1982 y la reforma política de 1977, los partidos políticos han subido su presión con la condición de que nunca pongan en entredicho el sistema capitalista. Pueden criticar al gobierno, al presidente, entre partidos, hasta a los empresarios, pero nunca al sistema social de explotación y opresión que los cobija. Tienen el compromiso de combatir aquellas voces anticapitalistas que condenan al sistema global.

2- Los partidos saben muy bien, comprenden a cabalidad, el juego que juegan: son parte del Estado capitalista y su papel no es transformar el sistema sino reformarlo. Pocas inconformidades en los años veinte y treinta venían del Partido Comunista, en los 90 del PRD y hoy sólo Morena protesta, se abstiene o vota en contra de la imposición. El PRI y el PAN, los partidos derechistas que siempre andan y votan juntos porque representan a la misma clase opresora. 

23. ¿Por qué no se unifican Morena, EZLN, CNTE, SME y otros?

1- Morena es un partido electoral, pacífico, socialdemócrata que pretende presencia numérica en todo el país. El EZLN es una organización indígena anclada en Chiapas, con miles de militantes y simpatizantes; la CNTE es una organización magisterial que batalla desde hace 35 años contra la dirección sindical del SNTE, el SME es un organismo sindical de 15 mil obreros electricistas, de los 45 mil cesados hace siete años por el gobierno para desaparecer su sindicato (SME). Hay otros organismos que podrían unirse pensando en las posiciones ideológicas y políticas de la izquierda. Los telefonistas, los mineros, los Atencos, los padres de los 43 de Ayotzinapa.

2 ¿Por qué no se unen? Puede haber una visión muy inmediatista, celo personal de dirigencias, desconfianza no muy fundada, se cree en que se puede triunfar solo, o simplemente se carece de ideas profundas para hacer propuestas; todos poseen objetivos y programas al parecer buscando resultados inmediatos. Por el contrario los partidos registrados buscan y ruegan alianzas para seguir gozando de los subsidios gubernamentales; ello les proporciona fuerza porque el Estado los apoya política y financieramente. “La unidad de la izquierda” ha sido siempre un proceso difícil porque ha sido muy crítica, vigilante y desconfiada.



Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com

Izquierda México Retos para una nueva generación política


“Teníamos la clara conciencia de que entre aquellas discusiones inacabables junto a la taza de té y las verdaderas organizaciones revolucionarias mediaba un abismo. Sabíamos que para entrar en contacto con los obreros era necesario conspirar en gran escala. Esta palabra, "conspirar", la pronunciábamos con una gran seriedad y un gran respeto, con una unción casi mística. No dudábamos que llegaría un momento en que pasaríamos de la taza de té al trabajo de conspiración, pero nadie decía claramente cuándo ni cómo iba a ser eso. Para disculparnos de la demora nos estábamos diciendo constantemente: hay que prepararse. Y la cosa no estaba falta de razón.”

León Trotsky - Mi Vida  

En nuestro país, el sentido político de la palabra crisis tiende a extraviar su carácter excepcional, para convertirse en una condición de época o transición histórica. Durante los últimos años, la supuesta guerra contra el narco continuó -aunque ya no suelan llamarla así-,  el neoliberalismo se radicalizó mediante las reformas estructurales y conquistó posiciones constitucionales, se profundizaron la explotación y el despojo, mientras que la represión, la militarización y el autoritarismo crecieron de manera desmedida. Sin duda, nos encontramos frente a un momento cumbre de una crisis histórica de magnitudes incalculables para México. Un destino ligado directamente a los designios de las clases dominantes norteamericanas, responsables de sostener prolongados e intensos contextos de guerra y devastación en diferentes regiones a nivel internacional. En otras palabras, la excepcionalidad mexicana es la expresión del funcionamiento estructural del sistema capitalista en la actualidad, en donde el sentido y materialidad de la vida y de la sociedad se devalúan, a toda costa, en favor de la tiranía de las ganancias.   

Durante las últimas décadas, los jóvenes hemos sido expuestos a un panorama determinado por la migración, la ilegalidad, la criminalización, la precarización y la exclusión social, laboral y educativa.  Nuestro país es otro al de nuestros padres y abuelos.  La mayoría de las veces, estas condiciones difundieron e impusieron una sensación de malestar, pero también de resignación. Infelizmente, se trata de las condiciones que enfrentaron millones de jóvenes a nivel internacional. El neoliberalismo se fascinó en encontrar en la juventud uno de sus blancos preferidos, cuestión que nos orilla a pensar el papel estructural de la juventud en esta fase del capitalismo y, desde luego, su relación con la división internacional del trabajo. Por ejemplo, no deberíamos perder de vista que grandes emporios capitalistas (Mc Donalds, Wallmart) mantienen como fuente primordial de trabajo a jóvenes precarizados.

A pesar del repliegue político, y de la ofensiva económica y social, hacia la década de los ochenta, la juventud puso en pie diferentes estrategias de resistencia social y cultural (reggae, punk, ska, grafiti). Durante los noventa, e inicios de la década pasada, la juventud se vio implicada en procesos de resistencia al neoliberalismo en todo el mundo, pasando por el levantamiento zapatista (1994), las huelgas invernales en Francia (1996), las protestas en Seattle (1999) y la lucha contra la guerra (2001). Desde 2006 y 2007, años en que se generaron potentes protestas juveniles y estudiantiles en Francia( disturbios en las periferias de París), Grecia (paros de más de 300 centros de estudio contra la privatización de la educación) y Chile (la Revolución Pingüina), se registró una ascenso en la movilización que definitivamente vivió una ruptura tras la crisis económica de 2008 y el ambiente internacional generado por las revoluciones árabes, el 15-M en el Estado español y Ocuppy en Estados Unidos. Una estela de luchas en donde se inscribió precisamente la emergencia del #yosoy132 en 2012. Una nueva generación política ha logrado tomar la palabra, ello implica, en cierta medida, la apertura de una o varias preguntas que cuestionan el rumbo de nuestras sociedades y el futuro de esta nueva generación.  

En ese contexto, resultan sorprendentes los procesos de movilización estudiantil y juvenil de los últimos tres años en nuestro país que, aunque concentrados primordialmente en la Ciudad de México y el centro del país, no dejan de sorprender por su irradiación hacia regiones del norte sumamente reaccionarias. Movimientos en donde decenas de miles de jóvenes y estudiantes participamos, y protagonizamos, potentes movilizaciones y procesos organizativos. A lo lejos, y desde una visión superficial y derrotista, estos movimientos no lograron nada, y no pudieron construir absolutamente nada. En todo caso, fueron simpáticos y atinados en sus intenciones. Sin embargo, esta visión resulta completamente reduccionista. Desgraciadamente, tras años de movilización juvenil,  priva un balance parcial y desfavorable a potenciar la acción y organización política de la juventud entre una parte significativa de los jóvenes participantes de dichas experiencias.

El primer cuestionamiento a este balance proviene de una consideración histórica: movimientos con esas magnitudes no emiten sus resultados inmediatamente. También el 2 de octubre de 1968 fue una derrota inmediata, el Estado mexicano frenó abruptamente, y mediante la fuerza y el autoritarismo, al movimiento estudiantil. Pero su irradiación social e histórica no pudo ser frenada, y  constituyó un fermento elemental de la movilización y la organización popular en el campo, las fábricas y los barrios, sin dejar de tomar en cuenta la influencia de esta generación política en la construcción de organizaciones estudiantiles. Es cierto, no transformaron radicalmente a México, pero dejaron para nosotros experiencias y condiciones sumamente valiosas que fueron la antesala de nuestros movimientos. En otras palabras, nuestra generación es hija de fuertes agravios por parte de las clases dominantes, pero también de la fuerza de aquellos que lucharon por nosotros. De la misma forma, el legado histórico de las movilizaciones juveniles y estudiantiles de los últimos años constituye un campo de disputa abierto, y no cerrado.

Vivimos un ambiente defensivo: un tablero amañado bajo las reglas de un contrincante dispuesto a todo, de un Estado dispuesto a continuar la masacre. Pero también vivimos un ambiente de fuertes escepticismos y dudas sobre las instituciones, en donde es importante detectar la existencia de diversos de procesos de resistencia. Desde luego, desarticulados e insuficientes, pero con una potencialidad significativa ante un ambiente político sumamente explosivo. Desde 2011, y hasta 2015, es posible destacar una coyuntura anual de movilización popular significativa, que indica la existencia de un ciclo de movilización popular. En 2011 nos sorprendió el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, un proceso en donde miles de jóvenes y ciudadanos nos movilizamos contra la violencia de Estado. Al mismo tiempo, una movilización de víctimas que muestra la profundidad de la crisis social que vive el país a causa de la guerra impuesta desde el gobierno de Calderón, pero también la tendencia de radicalización hacia la izquierda que las movilizaciones de víctimas experimentaron, y no hacia la derecha, como lo esperaron e impulsaron los sectores reaccionarios del país, anhelando emular la experiencia colombiana.

Los poderosos del país desearon llevar adelante una campaña electoral limpia en 2012, sin incidentes. Es decir, sin que sus intereses fueran expuestos abiertamente. Pero ello no fue posible, y una vez más, como en 1988 o 2006, el régimen experimentó una crisis de representación, en donde la movilización popular fue uno de los detonadores principales. En ésa ocasión, fueron los estudiantes quienes colocamos parte esencial del elemento dinámico y antagónico en el marco de las elecciones presidenciales. Por supuesto, gran parte de la fuerza del movimiento provenía de la simpatía generada en la sociedad, y en menor medida del impulso que los medios otorgaron al creer que se encontraban frente a un movimiento desarmado de críticas radicales. No se puede negar la disposición de decenas de miles de jóvenes que lucharon contra la imposición de Peña Nieto y en contra del control mediático de los grandes medios de comunicación. Los errores fueron muchos, pero en su amplitud, el fenómeno no puede reducirse a una cuestión simplemente programática u organizativa.

En 2013, en pleno ascenso del autoritarismo y profundización del neoliberalismo, el movimiento estudiantil, principalmente en el centro del país, salió a las calles en defensa del magisterio democrático que fue desalojado del Zócalo de manera violenta por el gobierno de Mancera.  En ese panorama, decenas de planteles escolares fueron tomados y decenas de miles de jóvenes marcharon el 15 de septiembre -codo a codo- con la CNTE y el magisterio democrático. En 2014, el país experimentó la movilización estudiantil más radical y masiva en la historia de las últimas décadas. La desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa fue el detonador. En ese contexto, fueron impulsadas jornadas de lucha en donde el movimiento alcanzó la capacidad de tomar más de 120 planteles. Al mismo tiempo, es necesario reconocer la radicalidad que los estudiantes demostramos mediante la consigna fue el Estado, empuñada por la Asamblea Interuniversitaria, órgano que logró reunir e representantes de más de 70 planteles. Sin olvidar que ese mismo contexto fue el escenario de la heroica huelga estudiantil en el POLI, la cual logró arrebatar una victoria al gobierno. Desde las entrañas del movimiento, fue evidente que las movilizaciones por Ayotzinapa hubieran sido imposibles sin la experiencia, las redes de comunicación (no sólo redes sociales) y la experiencia de movilización en las calles que dejó el 132.   

Las coyunturas de los últimos cuatro años muestran una capacidad de movilización enorme, inspirada por motivos democráticos y éticos, en donde el hilo de la indignación muestra un núcleo ético muy profundo. Pero al mismo tiempo, exhiben un panorama en donde la mayor parte de éste descontento juvenil y popular no está organizado en torno a espacios de participación política permanentes. En ese caso, debemos analizar en qué hemos fallado, y por qué no hemos logrado consolidar organizaciones amplias, juveniles y estudiantiles, capaces de sobrepasar las coyunturas. La juventud que se ha movilizado en los últimos años es expresión no sólo de la crisis de representación política del gobierno y el Estado, sino también de la crisis de los referentes políticos de la izquierda. El descontento mostrado tanto en 2012 como en 2014 no es articulado, ni por un proyecto político propio, juvenil o estudiantil, ni por los referentes políticos existentes en el campo de la izquierda. En ese panorama, una de las tareas centrales de nuestra generación política es tratar de construir lecciones colectivas de las luchas de las generaciones pasadas y, al mismo tiempo, de nuestras propias experiencias. No para juzgar fatalmente o unívocamente, sino para comprender y hacer frente a los dilemas del presente.

Es necesario preguntarnos qué sucedió con la generación gestada en torno al 68, y que más adelante impulsó la generación de sindicatos independientes (STUNAM, SITUAM etc.), organizaciones campesinas, movimientos urbanos y agrupaciones políticas de extrema izquierda de diverso tipo (PCM, OIR, PRT, Liga 23 de septiembre entre otras). Y también, cuestionar cuál es la experiencia y el balance de la generación gestada hacia finales de los ochenta que fortaleció tanto el proceso de construcción del PRD, como el proceso militante generado en torno al EZLN. Sin omitir que esta revisión, vertida desde un cierto enfoque generacional, no debe dudar en cuestionar simultáneamente las estrategias políticas implementadas durante las últimas décadas por la izquierda y desde el campo la movilización popular.  

La crisis histórica de nuestro país, así como nuestro propio surgimiento, nos coloca frente a la necesidad de construir una izquierda radical capaz de cuestionar las dinámicas estructurales del capitalismo y del Estado, capaz de esquivar el electoralismo oportunista, pero también el gremialismo y el localismo. Una izquierda que luche políticamente contra el Estado,  capaz de generar procesos de autogestión social del territorio y medidas que opongan a la descomposición social la reconstrucción del tejido social desde la solidaridad, y en autonomía política del Estado y el régimen político. No hay recetas, y en cierto sentido nos encontramos en un momento de crisis para las estrategias de la izquierda, pero también en medio de un ciclo de movilización significativo atravesado por la emergencia de una nueva generación política. Lo importantes es observar cómo el panorama actual, a pesar de sus complicaciones, indica un horizonte en donde no sólo existe movilización social, sino que la misma tiende a radicalizarse. Sin duda, la historia de nuestros pueblos, y de nuestras propias luchas, constituye un llamado a continuar el combate. Es urgente salir a las calles, potenciar el sindicalismo independiente y la organización de sectores de trabajadores no organizados, apoyar y militar en los movimientos contra el despojo y en defensa del territorio, propiciar luchas urbanas y luchas políticas contra la violencia de Estado y en favor de los derechos de las mujeres, sin olvidar nuestras propias luchas en el terreno educativo. Esas inquietudes atraviesan ya a nuestra generación. Para ello, debemos encargarnos de construir mediaciones e iniciativas políticas que, por un lado nos permitan agrupar y agregar el descontento juvenil, y por el otro, nos permitan dialogar e intervenir en ese amplio campo de luchas existentes y posibles, esta doble tarea se cuenta entre las necesidades esenciales de una política anticapitalista en nuestro país.

En cierto sentido, nos encontramos en un panorama que anuncia la imposibilidad de generar un cambio profundo desde la lógica de reformar gradualmente las instituciones, mediante conquistas electorales o ciudadanas, pero también un contexto que impide pensar en luchas únicamente locales, regionales o gremiales, y en donde la escala nacional y la disputa estatal aparecen como una necesidad de primer orden. Tanto el electoralismo oportunista de la izquierda partidaria, como el sectarismo de cierta izquierda antisistémica, son incapaces de dialogar con la diversidad de movimientos en la actualidad, así como con la juventud movilizada. Al mismo tiempo, la radicalización de la crisis mexicana tiende a elevar las tensiones entre el antineoliberalismo y el anticapitalismo. La cuestión es si es posible hacer retroceder al neoliberalismo sin luchar contra la lógica estructural del capitalismo, plasmada en la gran propiedad y en un régimen político completamente caduco. Los anhelos nacionalistas y populistas, encarnados actualmente en Morena, parecen anhelar volver al capitalismo nacionalista desarrollista de décadas atrás, sin comprender que el panorama internacional y nacional (Sin un balance crítico de los enormes fraudes electorales) cambió y ofrece un panorama de crisis en donde las respuestas tienden a polarizarse. 

La juventud no tiene la respuesta, ni puede generarla por sí misma, pero podría contribuir en su construcción. La cuestión es cómo agregar y organizar a una generación que muestra profundos rasgos políticos, sumados a un temperamento fuerte, cargado de espontaneidad a través de una actuación episódica. Es importante pensar en lógicas de construcción molecular en barrios, escuelas y entre diversos procesos de base. Pero debemos tomar en cuenta que el descontento y la disposición de lucha ya se encuentran instalados en decenas de miles de jóvenes. Esto constituye el espacio para pensar en iniciativas que coordinen a los núcleos organizados del movimiento y sumen a compañeros que no están integrados en un proceso formal. Desde luego, tenemos que ir a los barrios, construir una agenda estudiantil y apoyar a las luchas de los pueblos y sindicatos independientes del país. Y quizás una vía posible sería tratar de agrupar el descontento a través de mediaciones e iniciativas políticas, con el objetivo de plantearnos estas luchas en conjunto, y no por separado.

Nuestros movimientos no cambiaron al país, pero al menos nos demostraron, en contra de la ideología dominante,  e incluso de nuestras propias estigmatizaciones, que es posible tomar la palabra, alzar la voz, cuestionar el sentido de nuestras vidas y el rumbo de nuestra sociedad. Y que ello depende de la acción y la organización colectiva. No podemos olvidarlo, un movimiento social de masas libera una energía social que puede, aunque ello sea en potencia, penetrar en las estructuras más profundas de la conciencia y de la vida política de un país. Esto puede parecer simple, pero no lo es. Y en un país como el nuestro, constituye una pequeña -gran- victoria. El Estado no cambió, pero nosotros sí…  

Samuel González Contreras

Nota: Agradezco la lectura y observaciones de Guillermo Almeyra.

Reseña del Libro "Autonomía de los pueblos indios y zapatismo en México", de Gilberto López y Rivas, Ocean Sur, 2014


Este libro forma parte de una «trilogía» del autor de textos recientes conectados por las cuestiones referidas a las luchas étnico-nacionales y el papel de los científicos sociales, especialmente los antropólogos: Antropología, etnomarxismo y compromiso social de los antropólogos (hay una Reseña nuestra1), Estudiando la contrainsurgencia de Estados Unidos, manuales, mentalidades y uso de la antropología. Todos editados por Ocean Sur.
Así, el libro que nos ocupa es un libro construido desde la mirada y el conocimiento crítico del antropólogo militante estudioso de los fenómenos étnico-nacionales que con una perspectiva etnomarxista recorre la trayectoria de los recientes 30 años de la lucha por la autonomía de los pueblos indios en México. Lo peculiar del texto es que en dicho recorrido destaca el papel central de las iniciativas y experiencias autonómicas y políticas de los indígenas neozapatistas de Chiapas.

En la Introducción, que trata de los referentes teóricos, el autor aprehende conceptualmente el fenómeno de la autonomía étnica (recuperando la discusión latinoamericana) utilizando el método dialéctico de abordarlo incorporando todas las determinaciones que se han manifestado en la realidad socioeconómica y cultural. Así concibe la autonomía como: procesos de resistencia, procesos de negociación y arreglos político-legales, espacios de debate y diálogo; en los cuales se da la delegación/distribución de competencias mutuamente acordadas entre sujetos políticos, entre poderes constituidos y representaciones políticas de los pueblos en distintos niveles de organización del gobierno, ello con el fin de definir formas de participación y estrategias de articulación y transición democrática. Procesos que se construyen todos la días –nos dice el autor– y donde etnias, pueblos y/o naciones recuperan o fortalecen su identidad mediante la reivindicación de su cultura, el ejercicio de sus derechos colectivos y el establecimiento de estructuras jurídico-administrativas con ámbitos y competencias propios. Teniendo en cuenta la centralidad de la territorialidad como espacio que hace posible la reconstitución y desarrollo de sus identidades en aras de la construcción de un proyecto nacional popular.

Nos recuerda nuestra autor que la autonomía étnica en las realidades concretas se da en diferentes expresiones: inter regionales, regionales, municipales y comunales. Así como también se ubican dentro de varios esquemas: Regional pluriétnica, mono-étnica y personal-cultural.

En el Capítulo 1, de entrada llama la atención sobre la importancia del componente indígena en el peso demográfico del país y su reconocimiento: por ejemplo existen diferentes indicadores y criterios en la elaboración de censos, pero todos ellos con carga de discriminación y racismo. Gilberto llama a esto «etnocidio» estadístico, censal o demográfico. Y propone participación de la propia población en autocensos.

Posteriormente rastrea desde 1981 los orígenes –aunque en Bolivia desde 1952– de la reivindicación de un gobierno por y para los indígenas. Señala que el concepto contemporáneo de autonomía es producto del desarrollo de los propios movimientos autogestionarios (pues se ha planteado que fue invento de antropólogos e incluso se le vincula con un “nuevo indigenismo”). Así en los 80 la experiencia de régimen de Estatuto de autonomía regional en la costa atlántica-Caribe de Nicaragua del gobierno sandinista FSLN de 1984-1987 (promovido por dirigentes miskitos de Misurasata. En Ecuador, el Congreso de las Nacionalidades y Pueblos Indígenas de Ecuador (CONAIE), en Perú, etc. Y luego a partir de 1994 con la insurrección zapatista y los Acuerdos de San Andrés de 1996 que a partir de allí las demandas de autonomía se convierten para los pueblos indios mexicanos en la principal reivindicación de sus movimientos. En los 90 se despliega el avance teórico y político del concepto a nivel continental. El caso Oaxaca es ejemplar pues se plasman en la constitución estatal los conceptos de pueblo, comunidad, territorio, libre determinación y autonomía; situación opuesta o antitética a los indigenismos.

En el caso de los pueblos indios a través del impacto chiapaneco se trata –nos dice el antropólogo– de hacer compatibles el derecho consuetudinario con el derecho liberal; la dificultad política de aceptar esto desde los poderes gubernamentales mexicanos se ve en la negociación para aprobar a nivel constitucional los Acuerdos de San Andrés, pues se crean contra reformas aprobadas en las cámaras legislativas en 2001. Así Gilberto enlista las siguientes:

Introduce nota precautoria que acota, limita y remite la aplicación plena de la leyes a otros artículos y leyes secundarias, concibe a los pueblos indígenas no como entidades de derecho público (y de asociación libre) sino de interés público (tutelados). Se sustituyen nociones de territorio y tierra (base material de reproducción) por lugares; se cambia el concepto de pueblo por el de comunidades; se limita la adquisición de sus propios medios de comunicación. Destaca la resistencia incluso legal de los pueblos indios mexicanos con 361 controversias constitucionales.

Esto hizo evidente la existencia de dos estrategias de negociación y dos culturas políticas irreconciliables. Por consiguiente se pasa a otra fase de la lucha a través de la «autonomía de hecho», lo que demuestra –según López y Rivas– la capacidad del EZLN de adaptación e innovación, desarrollando los Municipios autónomos, los caracoles, las Juntas de Buen Gobierno (JBG).

En el Capítulo 2, nuestro autor ilustra descripciones analíticas de luchas autonómicas paradigmáticas:

i) Las JBG y sus funciones: entre otras, contrarrestar desequilibrios, corregir errores, mediar conflictos, vigilar cumplimientos e incumplimientos, promover, cuidar, atender, establecer acuerdos. Crean cooperativas y consejos y activan el desarrollo sustentable. En suma, Impulsan iniciativas para construir una alternativa democrática con proyección nacional e internacional; en medio de acoso, hostigamiento y la guerra baja intensidad.

ii) En el estado de Oaxaca y su legislación indígena, específicamente la Ley de Derechos de los Pueblos Indios y Comunidades Indígenas, logran que se les reconozca como personas morales de derecho público, así como un reconocimiento de asentamientos previos a fronteras estatales, a asambleas de autoridades y órganos comunitarios, entre otros.

iii) En el estado de Guerrero con el Proyecto de Justicia y seguridad comunitaria basada en sus costumbres; ubicado específicamente en las regiones de la montaña y costa chica. Concebidas como resistencia y respuesta a inseguridad, delincuencia y la militarización de la región. La Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias CRAC, Policía Comunitaria (PC), se proponen desalentar, evitar y combatir las situaciones delincuenciales; el autor subraya el enorme potencial que tienen como sujetos autónomos.

iv) La Zona de la Sierra de la Zongolica Puebla-Veracruz, indígenas nahuas con la creación de un Consejo Regional.

v) Los 8 Pueblos de Tlalpan en el sur de la ciudad de México -donde el autor fue protagonista como delegado- que cuentan con formas tradicionales de usos y costumbres de la identidad colectiva, además de uso y explotación de tierra y recursos naturales, aunque con problemas de irregularidades de la tenencia y problemas de avecindados. Describe brevemente el proyecto de gobierno delegacional democrático y de izquierda de 2000-2003, destacando la transparencia del ejercicio público, la participación y la corresponsabilidad social, el presupuesto participativo, las brigadas de desarrollo social, los equipos de monitoreo ciudadano, y, en general, propuestas alternativas de desarrollo. Aunque nuestro autor reconoce problemas de ausencia de un sujeto colectivo consolidado.

El capítulo 3 se refiere a la cuestión del Estado Nacional en relación a las Autonomías étnicas y su incidencia. Pone el acento en las reacciones del poder ante el desarrollo de las autonomías; las respuestas violentas de caciquismos, las guardias blancas, los paramilitares, la imposición de megaproyectos como el Plan Puebla Panamá y los respaldos del imperialismo norteamericano para detener y suprimir procesos autonómicos y para imponer sus intereses. Las trasnacionales y bancos, los corredores biológicos para explotar la biodiversidad y los recursos estratégicos. Se ha impedido a los pueblos indios/campesinos en resistencia, de manera constante la decisión libre sobre proyectos en sus territorios tergiversando o ignorando el convenio 169 de la OIT. En suma las autonomías indias se han posicionado como obstáculos para proyectos hemisféricos de EUA. Igualmente el antropólogo López y Rivas explica el papel claramente obstaculizador y/o represor que han tenido los paramilitares, los asesinatos masivos y de” hormiga”, el rol de los partidos políticos oficiales, las ONG´S asistencialistas y no asistencialistas, el ejército mexicano con sus métodos de contrainsurgencia, infiltración y cooptación; incluso fenómenos graves como la prostitución, el narcotráfico, las irrupciones del paramilitarismo con sus campañas de temor y de provocación de disputas agrarias. Señala, igualmente, la ambigüedad de la Iglesia católica en los conflictos y disputas, pues observa que un sector ha sido partícipe de los procesos de construcción de sujetos autonómicos.

Por otro lado y de manera complementaria, la inserción despojadora que han tenido las compañías trasnacionales mineras en casi el 30% de territorio nacional con concesiones del 73% de empresas canadienses. Dichos emporios en los territorios rurales implementan estrategias de inserción, engaños y maniobras legaloides; en contubernio con organismos del gobierno como la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) que contribuyen con simulaciones de compra, manipulaciones, división de comunidades, represiones, etc., teniendo como nefastas consecuencias: escasez de agua, contaminación, ganancias, turismo depredador.

El capítulo 4 problematiza la democracia como proyecto, proceso y método. Destacando la importancia de los derechos humanos, el pluralismo y la nueva cultura política. Todo ello en el sentido de forzar al Estado a abrir nuevos espacios, a generar nuevas reglas, a construir un nuevo ejercicio de poder, con diálogo participación y negociación social.

Todo ello –nos insiste el autor– en la perspectiva de forjar procesos y prácticas de autonomía incluyente, de derechos colectivos. Lo cual no tiene que llevar al segregacionismo, sino a la interlocución legítima. Así, para Gilberto López y Rivas en la construcción de autonomías hay que considerar la Importancia que tiene el tejido social en que se posan, por eso las dificultades y retos que se les presentan bajo las degradadas condiciones actuales en México.

Las conclusiones de este libro se presentan a manera de 20 Tesis sintéticas, entre otros aspectos se refieren a: el diálogo intercultural, la política de alianzas, el desarrollo desigual de autonomías, las redes multiétnicas (comunidades, pueblos y regiones) contra conflictos comunitarios internos y autarquías; las autonomías pluriétnicas y plurinacionales en el cambio de nación, a la resistencia transformadora y revolucionaria frente al imperialismo.

En síntesis para nuestro autor las autonomías indígenas (su concepción, su procesualidad, su praxis) no son fórmulas: se reconocen sus contradicciones y sus situaciones bajo ataque, sus relativos aislamientos, sus limitaciones y sus obstáculos (errores políticos y demás). Así plantea un balance más autocrítico y crítico; incluso entre los propios teóricos y la disputa teórica política entre autores, en la que existen visiones, perspectivas o concepciones polémicas de las autonomías. Sin embargo, y por ello mismo, para López y Rivas:

“Los principios igualitarios, participativos autogestionarios y colectivistas de las autonomías indígenas se transformaron [en estos 30 años recientes en México y también en América Latina india] en uno de los pocos planteamientos estratégicos para enfrentar con éxito el capitalismo”.

Finalmente y en ese mismo sentido, consideramos que se hace imprescindible en la crucial coyuntura actual de Iguala-Ayotzinapa, explorar y combinar social y teóricamente este proceso autonómico estratégico con otros; como observa el autor: los de los movimientos sociales amplios: urbanos, obreros, por la diversidad social (en los que las iniciativas del EZLN han estado presentes pero que han sido insuficientes ante la ofensiva del Estado necropolítico). Esto frente a la necesidad de la confluencia de todas las luchas para la transformación revolucionaria de la sociedad. Por y en ello se valora la importante contribución de este libro.

Nota:
1 Véase “Antropología, marxismo y compromiso social”

martes, 13 de octubre de 2015

Inflar al “Bronco”, estrategia de la inteligencia política oficial como fue el voto a las mujeres y jóvenes



1. La clase política mexicana no es tan imbécil como se cree. Sus representantes individualmente cometen muchas tonterías, pero cuando se reúnen con sus asesores suelen salir adelante. Cada determinado tiempo a los gobiernos se les aclara el cerebro y se dan cuenta que hay que hacer reformas políticas importantes para que la población siga votando. Por ello hoy han puesto de moda inflar las “candidaturas independientes” como en 1953 se impuso el voto de las mujeres, en 1964 los diputados de partido, en 1970 el voto desde los 18 años, en 1977 derechos a todos los partidos, en los ochenta reformas del IFE, etcétera, etcétera.

2. No sé cómo se le ilumina la mente a la clase política. Sólo recuerdo una frase que gritaba el presidente Echeverría Álvarez en 1972 en el momento en que el pueblo dejaba de votar: “vale más un voto en contra que una abstención”. Estaba tan desesperado que no le importaba que los electores voten contra el PRI o el gobierno, que lo importante era que voten, así se le dio derechos de voto a los jóvenes. ¿Puede olvidarse acaso que en 1976 el candidato José López Portillo no tuvo opositor concertado porque el PAN sufría problemas internos, la izquierda no creía en elecciones y de allí surgió la reforma electoral de JLP y Reyes Heroles de 1977?

3. Los presidentes de la República, así como cada partido y funcionario, cuentan con cientos o miles de asesores políticos que les escriben sus discursos, les comentan lo que dicen y publican los medios de información, así como están a mano en todo momento que los requiera su jefe. Por ese servicio de asesoría, por los estudios que poseen y consejos que dan, reciben salarios millonarios. De estos asesores y de priístas, panistas, perredistas, ha salido la idea de impulsar las “candidaturas independientes”, estatuirlas, darles todas las facilidades y ofrecerles medios económicos para que compitan de igual a igual. ¿No es acaso otra farsa del sistema?

4. Se otorgó el derecho al voto de la mujer, a los jóvenes de 18 años, derechos plenos a otros partidos y, ¿Qué paso en este país de más de 122 millones de habitantes con más de 100 millones de pobres, miserables, desempleados y cientos de miles de asesinados? Hoy 50 por ciento de mujeres parlamentarias, muchas gobernadoras, presidentes municipales y funcionarias, pero es exactamente lo mismo porque gobiernan, piensan y hablan igual que los hombres. ¿Y los jóvenes? Cada día sustituyen a sus padres en los gobiernos y el parlamento. Hace unos días publicó La Jornada los nombres de más de 50 junior que dominan en el Congreso y en sus coordinaciones. Más de lo mismo.

5. México cambia todos los días, pero si sigue como hasta hoy en política –por la vía electoral y parlamentaria-, sólo sufrirá cambios profundos en beneficio de la mayoría de la población entre 100 años (un siglo); obvio si antes no estalla una guerra mundial, si el mundo no se colapsa por contaminación o si el imperio de los EEUU no se desploma. México ha sido dominado por el sistema electoral y parlamentario por lo menos desde 1917, el año que la Constitución proclamó que todos los mexicanos éramos iguales y gozábamos de los mismos derechos. Desde los primeros días nos dimos cuenta que no era verdad tal declaración, pero apareció la ilusión y la esperanza.

6. Ilusionados y esperanzados hemos vivido desde entonces, pensando en que algún gobierno del PRI, del PAN, del PRD, cambie de raíz la situación del 90 por ciento de la población. Sabiéndolo la clase política, empresarial y del gobierno inventan giros renovadores para que sigamos esperando a un nuevo salvador de la vía electoral: antes fueron los partidos, las reformas, ahora de las “candidaturas independientes” se van a colgar los que ambicionan un pedazo de poder. Hasta los partidos políticos se han dado cuenta de que ello puede ayudar a salvar el proceso electoral del colapso. Se sienten ridículos que menos del 50 por ciento de los electores vote.

7. Desde siempre he pensado que la gente no debe votar sino que debe luchar por sus derechos: su trabajo, sus salarios, su hogar, sus hijos, su escuela, servicios de salud, su barrio o su colonia. ¿Por qué votar por partidos o políticos que no conoce y sólo aparecen en tiempos de elecciones? ¿Cuándo lo han acompañado en sus protestas por conseguir trabajo, por aumento salarial o por tener buena atención médica y escuelas? Esto de las “candidaturas independientes” se está creando para que pensemos que el voto vale y es libre. Nuestra única esperanza es luchar en las calles y plazas por los derechos que como trabajadores nos corresponde.



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Partidos e "independientes"



1. México es un país tan democrático que cualquiera puede ser presidente de la República: un evidente imbécil, un explotador, un ladrón, un entreguista, un traidor. Dado que el voto de los electores mexicanos ha sido siempre producto del engaño y la manipulación, de las promesas y la demagogia, así como de la venta y la compra de votantes, quien logra triunfar es quien consigue reunir los apoyos de la clase empresarial, de los EEUU, de los medios de información y eso que han llamado los “poderes fácticos”. Si se revisara uno por uno los gabinetes de gobierno se podría ver que los conocedores, los honestos o los trabajadores no llegan, nunca han gobernado. 
2. Durante mucho tiempo salieron de la secretaría de Gobernación los candidatos presidenciales preparados por el presidente en funciones. El presidente, más que consultar a sus tres o cuatro amigos más cercanos y al embajador yanqui, había sopesado al personaje. Hubo por ahí un secretario del Trabajo, otro de Hacienda y de Programación, pero el hilo se rompió cuando Zedillo apoyó al panista Fox. ¿Algún tonto u oportunista puede decir que los votantes son libres olvidando que hay toda una estructura política, económica, de propaganda, de los medios de información que lleva a los votantes a las urnas para sufragar automáticamente por quien le han dicho?

3. Los electores lo único que han hecho con sus votos es legitimar o legalizar lo que la clase en el poder ha preparado con sumo cuidado. ¿Saben cuántos miles de millones de pesos del presupuesto público dilapidan los partidos? En 2015 se repartieron: PRI: 1,376 millones; PAN: 1,158, PRD: 886, Verde: 444, y así hasta llegar a 10 partidos. Realmente un insulto, una mentada de madre a la población mayoritaria con un salario mínimo de 70 pesos diarios (cuatro dólares) por ocho horas de trabajo. Por ello en los mítines políticos –del partido que sea- acuden muchos para recibir un pequeño regalo, aunque fuera una limosna, para saciar su hambre.

4. El PRI impuso casi el 100 por ciento de sus políticas hasta mediados de los años 80, es decir, hasta que se introdujo con toda su fuerza el neoliberalismo privatizador. Si bien en los setenta, con los gobiernos Echeverría Álvarez y López Portillo, aún se hablaba del “nacionalismo revolucionario”, el gobierno conservaba 1,500 empresas “paraestatales” y se confrontaban algunas veces con los empresarios, a partir de los gobiernos de De la Madrid (1982-88) y Salinas (1988-94) el PRI se entregó totalmente a manos de los empresarios y el PAN vio su oportunidad privatizadora y comenzó a prepararse para gobernar de manera directa.

5. Hoy el desprestigio de todos los partidos políticos en enorme porque nada han hecho a favor de la población y por las fabulosas cantidades que dilapidan en provecho propio. Pero los empresarios –siempre muy ligados al imperio de los EEUU y opositares a sectores empresariales de otras regiones- han metido una cuña política con la idea de “los independientes sin partido”. Me recuerda el enfrentamiento de 1975-76 entre los empresarios Garza Sada de Monterrey y el presidente Echeverría Álvarez que provocó muchas broncas y la devaluación monetaria. ¿Puede olvidarse que también aquellos empresarios se oponían a la CTM y a Fidel Velázquez?

6. Ahora en Nuevo León hay un gobernador que pensé que le apodaban “bronco” porque estaba dispuesto a encabezar un revolución de trabajadores desde el Norte. Mi decepción fue cuando me enteré que era un dócil instrumento de los empresarios, muy parecido al expresidente Fox que declaró cínicamente que era un presidente “de los empresarios y para los empresarios”. Tengo la convicción que si los partidos políticos han llegado al máximo de la corrupción institucional, los llamados “independientes” no son más que políticos al servicio de los empresarios, de la derecha y del panismo. El pueblo no debería votar, pero lo va a hacer por quien le compre su voto.

7. Parece que López Obrador le ha entrado a una discusión que se antoja “chismes de mercado”. No debería aceptar porque por su trabajo político está a una altura de diez metros sobre los demás; sin embargo AMLO tiene la obligación de revisar las sanas críticas que ha recibido desde la izquierda. No se trata de mandar a todos al carajo, sino de ver –en la lucha de clases- de donde viene. Si AMLO no es capaz de acercarse con sinceridad a las luchas sociales de la CNTE, de los padres de Ayotzinapa, zapatistas, teólogos de la liberación, electricistas, mineros, telefonistas, atencos y más grupos de trabajadores que han planteado batallas, entonces que no se queje.



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