miércoles, 29 de abril de 2015

Transparencia y voto informado


Marco Antonio Baños

El jueves 16 de abril se concretó la aprobación de la nueva Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública en el Congreso, con lo que partidos políticos deberán entregar datos y registros específicos de sus gastos y actividades a cualquier persona que se los pida directamente, sin intermediación de la autoridad electoral como había venido sucediendo hasta ahora.

Se abre con ello el horizonte de apertura y de fuentes a las que pueden acudir ciudadanas y ciudadanos para allegarse de información y valorar el comportamiento de los recursos públicos con detalle, no sólo en el caso de gobiernos e instituciones, también de partidos.

En las llamadas nociones mínimas de teóricos de la democracia como Dahl, Sartori o Bobbio, es imperativo garantizar condiciones que permitan el flujo de información sobre las ofertas que compiten por el poder, a través de diversos instrumentos y no sólo a partir de coberturas periodísticas o promocionales propagandísticos, ni agotando el escrutinio colectivo sobre el quehacer político a periodos de campaña. Se trata de garantías para la deliberación a partir de información que deben permanecer activas en todo tiempo y con puertas anchas.

Desde esa perspectiva el nuevo modelo de transparencia avalado ya por las y los legisladores propiciará una vía más expedita y con criterios homogéneos para que cualquier persona pueda, además de consultar la información que debe colocarse en Internet sin que medie solicitud, realizar peticiones específicas que pongan luz con mayor eficacia a los registros en poder de partidos locales y nacionales, y en caso de no haber respuesta, un órgano autónomo a nivel nacional especializado en esa materia (el IFAI) podrá ordenar que se proporcione la información.

Los diseños normativos no se aplican en automático sólo por existir y la recién aprobada ley de transparencia, aunque tiene un enorme potencial para brindarle a las y los electores herramientas de evaluación que les permitan razonar su voto, necesitará tiempo y esfuerzos adicionales para incorporarse en rutinas de electores-solicitantes que poco a poco encuentren en la transparencia y el derecho de acceso a la información una vía para acercarse a los partidos, candidatas y candidatos, observar con detalle su desempeño y así, junto con otros insumos, tomar la decisión de otorgarles o no su confianza.

El arraigo de este derecho, que tuvo un auge virtuoso en México durante la primera década del siglo XXI, es sólido en base constitucional y legal, pero es fundamental incrementar su ejercicio ciudadano.

El año pasado, el entonces IFE (hoy INE) recibió 3,474 solicitudes de información, de las cuales sólo 697 tenían relación con los partidos políticos nacionales. Sin embargo, durante el 2012 (año electoral) fueron 1,867, muy por encima de las 373 que hubo en el 2008, lo que muestra incrementos alentadores en época electoral, pero que todavía están muy lejos de reflejar un ejercicio masivo del derecho de acceso a la información como rutina de evaluación recurrente de votantes.

La transparencia no va a traducirse en insumo del voto informado si no hay un proceso previo de apropiación y promoción de sus beneficios.

En la medida en que se incorpore el ejercicio de este derecho, aumentará la calidad de los procesos de toma de decisiones antes de acudir a las urnas.

Darle vigencia a las leyes de transparencia no depende sólo de su fortaleza jurídica, ni siquiera de la buena voluntad o el respeto irrestricto a sus disposiciones por parte del Estado o los partidos políticos, sino de un complejo proceso de arraigo en la cultura cotidiana de las sociedades que aspiran a una mayor calidad de la convivencia, con decisiones informadas mediante su uso como esquema de evaluación individual, que ayude a construir exigencia y decisiones colectivas al momento de elegir representantes populares.

Asumir la transparencia y el acceso a la información como un gran aliado del voto informado y libre es la posibilidad que ahora tenemos todos.

jueves, 23 de abril de 2015

Temporada electoral: Los partidos andan de safari y la presa eres tú



Las campañas electorales arrancaron el pasado 5 de abril. (Arrancaron formalmente, porque ya hemos visto que el Verde, entre otros, no se aguantaron las ganas de refundirnos sus aperitivos desde mucho antes). Eso quiere decir que estamos en plena temporada de caza para cualquier ciudadano desprevenido. Cuando cruces la calle, aunque trates de evitarlo, tienes que ver la jeta de cinco personas que piden tu ayuda para ser diputados federales. Si tienes los oídos abiertos en un microbús o mientras comes en un restaurante, llegas a escuchar el equivalente a una hora de promesas para que este país sea más idílico que el jardín de los Teletubbies.

Como en todos los periodos recientes, el presupuesto para propaganda electoral supera nuestra capacidad de escapar a ella. Igual que los años anteriores, su capacidad de difusión supera nuestra capacidad de interesarnos en lo que esa propaganda pueda decir y sobre todo, supera la capacidad de los partidos políticos de formular una propuesta que signifique algo. Cualquier cosa.

Una de las bellas tradiciones mexicanas es que las elecciones intermedias (las que suceden en medio del mandato del presidente X) tengan un nivel bajísimo de participación. Pero este 2015 somos testigos de dos hechos que pueden hacer de este proceso electoral uno de los más accidentados que han sucedido recientemente. Por un lado, el sistema partidista tiene un rechazo enorme y hasta las encuestadoras preferidas del régimen, muestran que todos los partidos políticos tienen una opinión negativa entre los ciudadanos.

Por otro lado, hay sectores que van más allá del rechazo y se oponen activamente a que se lleven a cabo las elecciones, sobre todo en los estados de Guerrero y Michoacán. El aumento de esta movilización se debe directamente (aunque sólo en parte, porque tiene raíces históricas profundas) a una combinación de los crímenes de Estado que han quedado impunes, como los de Tlatlaya y Ayotzinapa, y a las evidencias de corrupción, que aparecen todos los días, entre los integrantes del régimen y los representantes y candidatos de los partidos que están en contienda (las referencias son demasiadas como para hacer un compendio equilibrado). Y como contexto, aparecen antecedentes como el de una reforma electoral que no sirvió para nada más que para cambiar las siglas del Instituto Federal Electoral (IFE) a Instituto Nacional Electoral (INE) y el llamado Pacto por México, que sirvió para alinear a los partidos en torno a la venta de saldos que coordinó el gobierno federal (bajo el nombre de "reformas estructurales"). Esto último hizo una gran tarea para mostrar con toda claridad que esos logos impresos en la boleta electoral acabarán siento indistinguibles en la práctica y que, con toda probabilidad, trabajarán en contra de nuestros intereses.

Tal vez alguien que forma parte de Estado ha tomado nota de que, a muchos de nosotros, sus franquicias o agencias de colocación llamadas partidos políticos no nos tienen tan contentos. Puede que así se entienda que Enrique Peña Nieto haya hecho una invitación más detallada que hicieron los presidentes anteriores para las elecciones intermedias. Calderón, por ejemplo, sólo dijo generalidades para llamar a votar en 2009. Pero ahora, Quique tuvo que hablar de lo limpios que van a ser los comicios, de que ni el PRI ni el gobierno federal (como si fueran independientes entre sí) van a intervenir en ellos y de que el nuevo INE es tan maravilloso que podría decirse que no lo merecemos. Todo eso nos inspira hectáreas y hectáreas de confianza porque, por supuesto, Quique encarna toda la limpieza de las instituciones en su persona y su elección como presi ha sido un bello antecedente para las que tendremos ahora.

El supuesto árbitro que acabamos de mencionar (el Instituto Nacional Electoral), hizo una invitación a los partidos para que no violen la ley electoral durante estas campañas. Es raro, porque generalmente las instancias gubernamentales no nos invitan a cumplir la ley, sino que, si nos va bien, la anuncian y nos hacen saber que si la violamos deberemos atenernos a las consecuencias. En la mayoría de los casos, nada más nos la dejan caer (la ley con sus consecuencias) sin previo aviso. Pero aquí parece que los partidos políticos son merecedores de que les pidan por favor no cometer delitos. Digamos que el INE es como un árbitro Montessori.

El nuevo presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Nación (TEPJF) también dio signos de vida. Constancio Carrasco, que acaba de ser elegido, habló de la falta de confianza en las instituciones, del "momento crítico" que atraviesa el país y otras cosas que ya todos sabemos, pero que es raro escuchar con tanto detalle en palabras de la autoridad. El TEPJF es el órgano que está encargado de resolver cualquier controversia legal relacionada con las próximas elecciones. Sería bonito creer en la seriedad con que habla Carrasco, pero al menos dos cosas desafinan: su elección se dio como sedita, en menos de ocho minutos y con sólo un voto en contra, como si hubiera habido (pero, ¿es posible? ¿Serían capaces de semejante cosa?) un acuerdo partidista previo. La otra es que Constancio es primo de Diódoro Carrasco, y es también cercano al PAN, aunque gracias a su pragmatismo, es casi seguro que no tendrá ganas de meterse en monsergas como dictar sentencias que castiguen los delitos electorales (de los que, eso sí, habrá un chingo. Confíen en mí).

Con toda seguridad, estas señales de "preocupación" por parte de las autoridades son puramente discursivas. Tal como están hoy las cosas, el aparato estatal, al servicio del mercado, opera a sus anchas gracias a la simbiosis entre los representantes y los grandes empresarios (que en muchos puntos son indiferenciables). Eso, que los políticos llaman la "normalidad democrática e institucional", cuenta con la herramienta de las elecciones, en la forma que las padecemos, para mantenerse. Lo deseable para los actores más influyentes (y los principales interesados, que no somos nosotros) es que las votaciones tengan la misma participación mediocre y previsible de los periodos anteriores. Es decir, que no sea masiva al grado que trastoque todos los arreglos y cálculos grilleros (algo que no va a pasar, ya sabemos). Un movimiento como el de programar el partido México-Brasil el mismo día de los comicios puede servir a este propósito, por ejemplo. Pero tampoco tan pequeña que las despoje de legitimidad. Y menos, que de plano no lleguen a realizarse debido a la resistencia civil (por parte de la CETEG o de quien sea). Eso último sí les alcanzaría a dar diarrea.

Me parece que actos de rebeldía (y también diría que de dignidad) como los que puedan ofrecer resistencia ante el aparato institucional y los efectos de la política partidista son lo único que merece interés genuino de entre todo lo que pueda pasar durante las campañas y hasta las elecciones. El resto será un ametrallamiento de propaganda que sólo servirá como vía para adueñarse del entorno público como alarde de poder (y de paso justificar el presupuesto electoral). Por lo pronto, tomando en cuenta todo lo que voy a ser obligado a consumir, me voy a tomar un desparasitante.

Sigue a la única gatita que escribe para VICE:

@infantasinalefa



martes, 21 de abril de 2015

Elecciones 2015 en México - INTENCIÓN POLÍTICA



Lo que costará 2015

El INE estableció una bolsa de cinco mil 356 millones 771 mil 247 pesos para los partidos políticos para actividades ordinarias permanentes, gastos de campaña y actividades específicas. Por ley, los 10 partidos políticos deberán destinar 3% para la capacitación, promoción y liderazgo político de las mujeres.

Con focos rojos por la violencia en al menos tres entidades y con un amplio desencanto hacia los partidos políticos, este domingo arrancan las campañas para renovar la Cámara de Diputados, nueve gubernaturas, y en algunos estados congresos y municipios. El 7 de junio se elegirán más de 15 mil cargos y en este lapso los ciudadanos estarán expuestos al menos 13 millones de spots.


"El caso Aristegui y el periodismo independiente" por Carmen Artistegui ...



Lorenzo Meyer es un historiador y un analista político del México contemporáneo. Es egresado de El Colegio de México, donde obtuvo una licenciatura y un doctorado en relaciones internacionales, y posteriormente realizó estudios de posdoctorado en ciencia política en la Universidad de Chicago. De 1970 a 2012 fue profesor e investigador del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México, actualmente se encuentra como Profesor en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Meyer ha escrito varias obras sobre la revolución mexicana y la historia de las relaciones exteriores de México. Entre los diez libros de su autoría en estas áreas, se encuentran: México y los Estados Unidos en el conflicto petrolero, (su reedición corregida y aumentada apareció como: Las raíces del nacionalismo petrolero en México), Su Majestad Británica contra la Revolución Mexicana, El cactus y el olivo: las relaciones de México y España en el siglo XX. Tiene escritos, seis libros en coautoría, entre ellos: A la sombra de la Revolución Mexicana, escrito con Héctor Aguilar Camín, México frente a Estados Unidos, en coautoría con Josefina Vázquez; Petróleo y nación, (1900-1987). La política petrolera en México, con Isidro Morales. Con Ilán Bizberg, Meyer coeditó la serie de cuatro tomos titulada: Una Historia Contemporánea de México. Cuenta con una infinidad de artículos y capítulos en revistas y libros académicos así como numerosos artículos escritos en revistas de divulgación. Por su trayectoria como investigador y profesor en universidades públicas y privadas de México, Estados Unidos y España, ha recibido varias distinciones, entre las que destacan el Premio de la Investigación Científica que otorga la Academia Mexicana de la Ciencia así como el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el campo de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía, 2011. Meyer es Investigador Emérito del Sistema Nacional de Investigadores y Profesor Emérito de El Colegio de México. Como analista del sistema político mexicano ha centrando su reflexión en las formas autoritarias del poder y en los procesos de democratización de los siglos XX y XXI. Desde hace veintiséis años es editorialista en periódicos de circulación nacional. Actualmente, sus artículos semanales aparecen el diario Reforma y en una decena de periódicos nacionales. También es comentarista en televisión (Canal 11, programa “Primer Plano”) y en la mesa política del noticiero de radio que conduce Carmen Aristegui en MVS. En el campo del periodismo, Meyer ha recibido dos premios nacionales y ha publicado ya cuatro libros que recogen una selección de su labor editorial. Su último libro es: Nuestra tragedia persistente. La democracia autoritaria en México, publicado por Random House-Mondadori en 2013. En la actualidad trabaja en una investigación que busca examinar los efectos de la Guerra Fría en la política interna y externa de México.

domingo, 19 de abril de 2015

¿Votar o NO Votar?, antes debemos saber ''Cómo funciona el Mundo''



#LaEditorialdeHugoSadh / + en http://www.hugosadh.com

Rumbo a las elecciones federales del próximo 7 junio, coyuntura en la que las fuerzas políticas han radicalizado su discurso para denunciar corrupción y lujos de sus adversarios. Entre los 10 partidos sumarán 11.3 millones de mensajes en radio y televisión. “No al enriquecimiento ilícito, ¡Que devuelvan lo robado!” dice la campaña del PAN contra el PRI, mientras que estos presumen de las reformas de Peña Nieto. “No somos la opacidad de la corrupción, somos el turquesa de la honestidad. No somos la oscuridad de los que cobran sin trabajar”, reza el slogan del Partido de Elba Esther Gordillo, multas y más multas para “El verde que dice que si cumple”, “Tu voz es nuestra voz’’ afirma el PRD, pero López Obrador dice que nos advirtió del ‘’despeñadero’’ y que Morena es la única esperanza de México. ¿Debemos votar?, para qué si nada cambia… Televisa se ha encargado de confundir, tergiversar y distorsionar la verdad de fondo, claro está que no es por el PRIANRD a quien debemos confiar nuestro voto, Morena está más que satanizado, pero la verdad de fondo es la que importa, ellos quieren preservar a toda costa el Modelo económico Capitalista, el neoliberalismo que nos empobrece, esclaviza y aniquila… entonces.. ¿Debemos NO votar?, antes de decidir debemos saber CÓMO FUNCIONA EL MUNDO.


Tengo un amigo priísta



Descubrí su enfermedad en la secundaria, o sea, entre 1995 y 1998. Una vez fui a su casa y me puse a ojear su librero mientras él hacía no recuerdo qué. Tomé un cuaderno, y al abrirlo me encontré una vieja tarea de la primaria. La maestra nos había pedido que respondiéramos la pregunta: ¿Qué quieres ser cuando seas grande? Su respuesta fue algo así: “Quiero entrar al PRI y ser Presidente”. Una revelación tan sorpresiva como si hubiera leído que mi amigo era puto. Pero no, no era joto: era priísta, y eso sí era un problema.
Le mostré el cuaderno delator y hablamos de su enfermedad. Teníamos sólo catorce o quince años, pero sospeché que nuestras vidas tomarían rumbos distintos. En mi casa el repudio al PRI era absoluto. Yo era un hijo de sindicalistas democráticos que habían vivido duras peleas contra los líderes charros de la CTM y también, en general, contra el régimen priísta. Tanto mi padre como mi madre habían sufrido despidos y represión por su disidencia.

Siempre fuimos a la escuela pública. Nos conocimos a los 7 años, segundo de primaria. Él era el niño nuevo, o sea, un intruso. Era bajito, orejón, e intentó hacerse mi amigo el primer día. Me cayó mal. No sé por qué. En el recreo, quién sabe con qué pretexto, le doblé un dedo hasta hacerlo llorar. Sólo entonces estuve conforme, pero me sentí muy culpable el resto del día. Al día siguiente, para reparar mi daño, le ofrecí la amistad que rechacé darle un día antes. Los niños resuelven las cosas con facilidad. A partir de entonces fuimos los mejores amigos, hasta la fecha. Sé que perdonará que escriba esto sobre él, pero por mínima cortesía le cambiaré el nombre en esta columna. Lo llamaré Nemorio. Como dije, mi amigo tiene una enfermedad: es fan del PRI.

Los años pasaron y Nemorio siguió siendo mi amigo, pero también mi caso de estudio. Hace unos años, una conexión familiar le consiguió trabajo como abogado de alguna división jurídica de la UNAM, la misma universidad donde estudió derecho. Un burócrata mexicano. Ya se casó, tiene hijos…

Poco después de que ganó el PRI las elecciones presidenciales de 2012, él y su esposa me visitaron en Inglaterra. Era mi primer año del doctorado. En cuanto llegaron los llevé al pub (¿a dónde más?). Platicamos un buen rato, nos pusimos al corriente, reímos. En algún punto hablamos de las elecciones.

Su esposa (que aquí llamaré Panchita) y yo estábamos indignados por el regreso del PRI. Nemorio sólo nos escuchaba como quien escucha hablar a un par de borrachos (y eso que estábamos sobrios). Panchita denunció: “Aquí tu amigo está bien contento de que ganara el PRI”. Nemorio nos explicó por qué él y sus colegas burócratas de otras instituciones estaban tan contentos:

“Todos los partidos son iguales, PRI, PAN, PRD… Los tres roban. Todos roban. Pero el PRI roba… pero salpica. Los otros se quedan con todo.”

El PRI roba pero salpica. Las dos últimas palabras las pronunció más lento y acercándose a nosotros, mientras gesticulaba con la mano derecha como si salpicara con sal la mesa. Su mirada era la de quien revelaba algún conocimiento arcano, algún misterio de la vida. La clave del PRI. Yo, simple mortal, quedé deslumbrado por el fuego de la verdad. Nemorio tuvo que traducir en lenguaje pagano, con peras y manzanas, su alegoría:

“Mira, Ramón, yo tengo que ver por mis intereses porque nadie más va a ver por ellos. Mientras yo esté bien, todo está bien.” (Denle un premio.)

Así. Y ya. Cuál lucha por la democratización del país. Cuál 2 de octubre de 1968. O más recientemente, cuál Ayotzinapa. Mientras el PRI me salpique un poco de lo que roba, ¡pues todo está chingón! Ahora imaginen esta mentalidad reproducida en todo el aparato estatal y en millones de familias mexicanas. Porque el PRI no sólo es un partido, es una cultura política… a la que se adaptaron muy bien el PAN y el PRD. Cuando Peña afirmó que la corrupción en México era una debilidad cultural, en realidad se justificaba: soy débil pero no soy el único. Cuando la burocracia mexicana celebra al PRI, brinda por el tipo de jefe que más aman: ¡salud por el compadre! ¡él sí es bien chido!

Desde la guerra “contra el narco” todo este cuadro degeneró. El canibalismo implícito en la cultura priísta dio un paso más: ya no sólo roba del ingreso estatal; ya rompió el tabú de aliarse con el crimen para captar rentas ilegales. El narcoestado ya llegó, ya está entre nosotros. La alternativa es simple: entristecernos o encabronarnos. Por supuesto, sólo lo segundo sirve de algo.

Aunque vale la pena preguntar: ¿Qué hacer? ¿Cómo enfrentar esta cultura?

Nemorio mismo me dio la respuesta. Una vez, en la primaria, nos contó (para risa de todos) que un día antes le había dicho a su mamá: “mamita preciosa con cara de Broza”. En seguida la señora le volteó el único cachetadón que le dio y advirtió: “no me vuelvas a decir así”. Fácil. Asunto arreglado. Nemorio jamás le volvió a decir a su madre que tenía cara de payaso cachondo.

Hay cosas que sólo se resuelven a madrazos.

Ramón I. Centeno es miembro del Partido Obrero Socialista. Twitter: @ricenteno

* Columna publicada el 10-abr-2015 en elbarrioantiguo.com

En México nunca ha gobernado la “partidocracia” sino los directores de los “poderes fácticos”



1. Los partidos políticos o la “partidocracia” nunca han gobernado en el mundo. Parece que gobiernan los partidos, pero quienes siempre han gobernado son los hombres más poderosos del empresariado, de los medios de información, de la política, los más ricos de siempre. Se da importancia a los partidos en México porque por ellos vota la población para legalizar lo que dos años antes eso que llaman “poderes fácticos” ha acordado. Los partidos sólo han sido estructuras muy prácticas y ágiles para que los gobernantes en turno trasmitan instrucciones, medidas, acuerdos, que deciden los gobernantes por decisiones de quienes realmente tienen en poder. Los gobernantes sólo han sido las figuras impuestas por la burguesía.
2. En México ha habido más de 200 partidos políticos pero de ellos sólo unos 30 han sido registrados y muy conocidos. En 1919 surgió el PCM, en 1929 el PNR (papá del PRM y abuelo del PRI); en 1939 el PAN, en 1948 el PPS, 1954 el PARM, 1950 el Partido Sinarquista, 1989 PRD, 1981 PT; además de otros 20 para procesos electorales y muchos más alrededor de políticos. Los partidos de “oposición” anteriores al año de 1977 –aunque no reconocidos o legalizados- recibían muchos apoyos políticos y económicos tras bambalinas del gobierno y del Estado para seguir viviendo; a partir de 1977 la legalización fue total y los subsidios abundantes en todos los niveles. El presidente López Portillo y su secretario de Gobernación, con ello pasaron a la historia.

3. Con la total “apertura” y legalización de los partidos en 1977 la burguesía despedazó a la izquierda y la integró a su política. Como condición para la entrega de multimillonarios subsidios, de cargos políticos, de tiempos en la TV y radio, de páginas editoriales, de pago de rentas de locales y vehículos, viajes al extranjero, etcétera a partidos, impuso el absoluto control ideológico y organizativo mediante reglamentos y prohibiciones. En adelante se advirtió que el “registro” del partido podría perderse por cualquier pequeño error y nadie –sólo un loco- podría poner en riesgo el registro del partido. Dijo entonces la izquierda: “Si tanto hemos batallado y hasta hemos puesto nuestras vidas en peligro, ¿no es acaso justo recibir la recompensa”?

4. Desde entonces cambió radicalmente el pensamiento de la izquierda. La muerte de Stalin y el deshielo del stalinismo a mediados de los 50, el debate chino-soviético, la guerra de Vietnam, el movimiento juvenil de los sesenta, la invasión de Checoslovaquia, dividían y subdividían a la izquierda; ¿qué mejor momento de la burguesía mexicana para decirle que no se hagan más ilusiones y le entren a lo electoral que les darían muy buenos dividendos políticos y económicos? Desde 1977 organizar partidos y escalar cargos se convirtió en tarea política central para los más notables políticos; continuar en la lucha social –aún debilitada- como la CNTE, de una minoría de tercos activistas de la izquierda radical.

5. La “partidocracia” nunca ha gobernado en México; el PRI y sus antecesores (el PNR y PRM) sólo han funcionado como maquinaria electoral fraudulenta desde 1929; pero desde entonces ningún presidente de la República –incluso la mayoría de sus secretarios de gobierno- se desarrolló antes dentro del partido. Basta revisar uno por uno desde Pascual Ortiz Rubio hasta Enrique Peña Nieto (los 14 mandatarios) para darse cuenta que ningún presidente ocupó en más de 70 años algún cargo importante dentro del PRI. Cada presidente salió del gabinete de gobierno y el último de la gubernatura de un estado impulsados por eso que se conocen hoy como “poderes fácticos” que no es otra cosa que el empresariado, medios de información y demás.

6. Los partidos políticos en México sólo aparecen compitiendo con cierta fuerza electoral a partir de 1988 a raíz de las elecciones nacionales fraudulentas o dudosas; del fortalecimiento del modelo neoliberal privatizador y de los arreglos entre Carlos Salinas y la dirigencia negociadora del PAN. Sólo a partir de entonces fue que los partidos políticos (PRI, PAN, PRD) comenzaron a tener importancia, pero siempre muy secundaria. Quizá tampoco en algún lugar del mundo –no sé si en alguna década en la URSS, China, EEUU, Francia o Alemania- la fuerza de los partidos gobernantes haya sobrepasado la presencia de sus presidentes o primeros ministros. Quizá no haya existido el gobierno de la “partidocracia” y los partidos sólo han sido “correas de transmisión”.

7. Lo que no puede negarse es la existencia de los partidos. Éstos han surgido desde principios del siglo XIX alrededor de las logias masónicas (la Escocesa y la Yorkina) o los partidos liberal y conservador, luchando por ideologías definidas para luego transformarse en aparatos de gobierno, de poder y con fabulosos negocios. Ni en el siglo XIX, ni en el Porfiriato, ni en la revolución gobernaron partidos, sino caciques, caudillos, presidentes al servicio de terratenientes, inversionistas extranjeros y Clero. ¿Qué pasó con los dos gobiernos panistas? El partido valió un carajo porque el presidente Fox se impuso a él y el sucesor Calderón lo convirtió en un guiñapo bajo su servicio. Peña Nieto ha convertido al PRI, PAN y PRD en sus sirvientes.

8. El PRD fue una creación de Cárdenas, Muñoz Ledo y de sus seguidores a partir de la unidad de partidos y grupos socialdemócratas. Eran partidos y grupos más o menos de izquierda que rápidamente se transformaron en socialdemócratas pacíficos y electorales. Durante seis años defendieron con pasión y honradez sus principios de izquierda, pero luego muy pragmáticos se adaptaron a las necesidades de la burguesía. El partido Morena más que un partido de tribus se ha conformado como un partido de masas con un caudillo indiscutiblemente trabajador y honrado (López Obrador); no se sabe si siga el mismo camino del PRD obligado por las mismas condiciones políticas del país que obliga a negociar, llegar a acuerdos y a aceptar lo que la burguesía quiere.

9. ¿Por qué los políticos en vez de ayudar a extender y organizar el movimiento social de los trabajadores escogen siempre el camino de organizar partidos políticos? Porque el movimiento social llega a confrontaciones con el poder, es acusado de violento y reprimido. Los partidos, por lo contrario, están totalmente legislados y controlados por la autoridad; incluso antes de registrarse se pide a la autoridad instrucciones, autorizaciones y, por cada paso, se le avisa a la autoridad para saber si están bien los trámites, las afiliaciones, los candidatos y qué acciones realizar que no estén prohibidas. Pienso que a López Portillo y a Reyes Heroles la burguesía gobernante debe levantarles un monumento a medio zócalo como sus más grandes héroes.

10. No hay “partidocracia” gobernante sino “poderes fácticos” integrados por 50 multimillonarios mexicanos de la lista de Forbes; por 50 personajes que manejan los principales medios informativos (TV, radio, prensa); por 50 políticos que manipulan legisladores, poder judicial, sindicatos, obreros, campesinos, profesionistas, sectores populares; 50 “intelectuales” que asesoran al gobierno a cambio de privilegios y 50 políticos que manejan cada uno de los partidos a cambio de millonarios subsidios. ¿Para qué entonces más partidos si sólo son estructuras piramidales que sirven para engrasar la maquinaria de dominación del sistema capitalista? ¿Por qué no pensar más en cómo organizar y extender las luchas sociales en México?



Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com


jueves, 16 de abril de 2015

¡Partidos y políticos! los ciudadanos ya no somos tan…


Tan sólo ha pasado una semana de que dieran inicio las campañas electorales y en muchas ciudades del país, se puede observar una contaminación visual sin precedentes, en esta contienda electoral se juega mucho más que una curul en la cámara de diputados respecto a la elección federal, se juega más que una gubernatura o una presidencia municipal.

Los partidos políticos, los políticos en sí y el propio órgano electoral se juegan su credibilidad, resulta incomprensible ver los spots de televisión en donde se atacan unos contra otros, la utilización de campañas negras es la modalidad suprema en este proceso electoral, la dinámica es subir spots atacando al partido contrario y que días después el INE ordene su retirada, un juego realmente perverso.

Hablando de perversidades me han enviado algunos ejemplos de cómo se están operando las campañas y me pregunto ¿hasta cuándo pensarán los partidos políticos que los ciudadanos son tan cortos de mente? El PRI utiliza el invitarte al cine a disfrutar una película de estreno con refrescos y palomitas, al menos así lo hacen saber en las propagandas que tiran de casa en casa, al mismo tiempo su comparsa el verde ecologista envía una propaganda en donde te invita a enviar un mensaje desde tu celular al 97777 enviando el código 7961744127 para que recibas un libro digital llamado “Mi primer libro de ecología” supuestamente sin costo alguno, en la parte inferior en letras pequeñas se puede leer costo del mensaje $1.09. No que es gratis, ahora ese peso donado a dónde va a parar.

Otro claro ejemplo de despilfarre de recursos es visitar las colonias populares, aquellas colonias en donde vive la clase baja o media baja, a lo largo y ancho de las colonias podemos observar lonas de campaña para diputados, alcalde y gobernador en los estados en donde se llevará a cabo esa elección, en 5 calles hemos contabilizado más de 70 lonas de 3 x 2 metros, si hacemos un cálculo simple (si el metro de lona impresa ronda los $60 pesos, cada lona fijada por los grupos de campaña tiene un valor aproximado de $360 pesos multiplicado por 70 deja la nada despreciable cantidad de $25,200 pesos). Esta cantidad sólo en 5 calles y publicidad del mismo partido, ahora podemos entender y preguntarnos ¿De dónde salen los recursos para este tipo de campañas que ofenden a los mexicanos?,  ¿En verdad piensan los partidos políticos y los candidatos que no rebasan los topes de campaña y que los ciudadanos de a pie nos la tragamos?

Estos días no puedes abrir tu equipo de cómputo, tablet o celular sin que te lleguen mensajes y publicidad de candidatos y partidos políticos PRI, VERDE y en menor escala el PAN, los que mayormente están utilizando las direcciones IP de ubicación territorial para insistir en el subconsciente del colectivo y esta forma de hacer campaña es difícil de fiscalizar por parte del INE.

Ningún ciudadano puede escapar del mensaje y de las campañas electorales, esta elección resulta de vital importancia para el sexenio de Enrique Peña Nieto, pues el interés del partido en el gobierno es mantener la mayoría en el Congreso que les permita seguir reformando a su antojo el país, lo grave de esta situación es no sólo la perversidad con la que están intentando cautivar al electorado, sino que se están preparando grupos de reacción o de choque que tienen la misión de reventar las elecciones como último fin, transitando por el golpeo y vandalismo a equipos de campaña contrarios, en la frontera del sur del país están infiltrando grupos delictivos que operarán en las elecciones con la única finalidad de mantener el poder y el mando desde los pinos.

Las visitas seccionales, de redes y de acciones eminentemente populistas están en marcha, televisores, DVD, tinacos, tabletas, libros, cine, 500 pesos en fin, son muchas las modalidades de coerción a los ciudadanos, hoy como nunca se puede armar una red en contra de este tipo de acciones que van en contra del proceso electoral, se pueden documentar y evidenciar a los partidos políticos, a los candidatos, hoy este país cuenta con más de 100,000 millones de reporteros que viven en cada ciudadano cansado, desilusionado, traicionado, que ve como el país de desmorona en sus manos.

Es tiempo de alzar la voz y emitir el mensaje los ciudadanos a los políticos y partidos utilizando el juego de palabras en los spots utilizados por ellos mismos. Nos han movido también, y no sólo a México (PRI),  nos hemos transformado (PRD) ¡a poco no! (PAN), estamos regenerados (PRD) y que nos romperemos la madre (NA) para hacer valer nuestra voz ciudadana en contra de todos y cada uno de los partidos y políticos que quieran vernos la cara de…

Nos vemos la próxima semana.

@Nexoestudios

Por Raúl Flores Rodríguez abril 16, 2015

Entrevista Gerardo Fernández Noroña 15 Abril 2015



MÉXICO, D.F. (apro).- El pasado lunes 13 se dio a conocer la iniciativa de un grupo de activistas sociales, legisladores y artistas, conocida como “Ciudadanos por la Revocación de Mandato”, para demandar que en los comicios federales del próximo 7 de junio los electores también puedan pronunciarse a favor o en contra de la permanencia de Enrique Peña Nieto en la Presidencia de la República.

La iniciativa, apenas el germen de un movimiento social que puede llegar a captar simpatías, representa otro duro golpe para la imagen de Peña Nieto. De las demandas de “Fuera Peña” que se escucharon en las marchas de octubre y noviembre de 2014 por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, al hashtag #QueSeVaya, divulgado desde ayer, lo que existe es el hartazgo, enojo y decepción de un sector social por el retorno del PRI a Los Pinos.

La revocación de mandato de Peña Nieto no es posible, hasta ahora, por la vía legal. Fue una de las figuras de la democracia directa que no fue incorporada ni discutida ampliamente durante la reforma política reciente. De hecho, sólo se aceptó la consulta popular con candados y condicionantes tan grandes que la hacen prácticamente imposible, tal como se vio en el caso de la reforma energética.

Sin embargo, revive una demanda que va más allá de la personalización de Peña Nieto y se inscribe en la severa crisis del sistema de partidos y de la inacabada (o traicionada) transición a la democracia en México.

La revocación de mandato es una figura satanizada por muchos políticos y politólogos y, al mismo tiempo, defendida por activistas ciudadanos que perciben el agotamiento de las clásicas figuras de la democracia representativa.

En esencia, la revocación de mandato es el procedimiento a través del cual los ciudadanos pueden destituir mediante una votación a un funcionario público antes de que expire su periodo. Puede ser lo mismo un presidente de la República que un gobernador, un alcalde o un legislador o un juez. Es decir, la revocación de mandato puede abarcar los tres niveles de gobierno (municipal, estatal o federal) y los tres poderes de la Unión (Ejecutivo, Legislativo y Judicial).

No es lo mismo que el juicio político o el impeachment, porque la revocación de mandato se decide en las urnas y no requiere un proceso judicial previo o un desafuero legislativo, según sea el caso.

El verdadero diablo de la revocación de mandato está en los detalles. Hay legislaciones muy permisivas o muy cerradas que hacen prácticamente imposible el ejercicio de esta figura. En Venezuela, por ejemplo, para que la revocación sea válida debe registrarse un número de electores igual o mayor al número que eligió al funcionario y debe existir un mínimo de 25% de participación de los electores. En Colombia, el número de votos por la revocación de un servidor público debe ser mínimo de 60% de quienes participen.

Sus defensores señalan que la mera existencia de la revocación de mandato es un elemento de vigilancia e interés ciudadano frente a los políticos. Si se combina con la consulta popular, el referéndum y otras figuras de democracia directa, ayudan a reforzar las instituciones democráticas.

Los detractores (en México son muchos y muy poderosos) consideran que la revocación de mandato es un proceso disruptivo, polarizador y altamente divisible de la sociedad. Además, se le considera costoso y con un alto riesgo de ser manipulado por liderazgos personalizados o caudillistas.

A pesar del temor de la clase política frente a este tema, existen varias iniciativas de reforma constitucional presentadas ante el Congreso que no han sido dictaminadas.

Una de esas iniciativas fue presentada el 25 de septiembre de 2014 por más de 166 mil ciudadanos ante el Senado de la República, encabezada por Héctor Cuen Ojeda, María del Rosario Sánchez y Robespierre Lizárraga, dirigentes del Partido Sinaloense, una iniciativa surgida al margen del clásico bipartidismo de Sinaloa.

La propuesta incluye incorporar la segunda vuelta electoral constitucional y propone reformar el artículo 41 constitucional para que en un apartado B se establezca la figura de la revocación de mandato para el presidente de la República, los senadores, diputados federales y funcionarios designados por los poderes Ejecutivo y Judicial. Para los estados se propone modificar el artículo 116, a fin de que cada entidad federativa defina los alcances y procedimientos de la figura de revocación de mandato para gobernadores, diputados locales, presidentes municipales, jefe de Gobierno y delegados capitalinos.

En la iniciativa del Partido Sinaloense se define así la revocación de mandato:

“Es una forma de consulta popular mediante la cual la mayoría absoluta de los ciudadanos, en ejercicio pleno de sus derechos, pueden recusar el nombramiento de autoridades elegidas en los procesos electorales, federales, o bien la designación hecha por los poderes Ejecutivo y Judicial, conforme a las siguientes bases:

“1. Tratándose de funcionarios elegidos constitucionalmente que pretendan reelegirse en su puesto, se someterán a este escrutinio popular.

“2. Los servidores públicos, elegidos popularmente, podrán ser recusados en cualquier tiempo de su mandato, siempre que tengan más de una tercera parte de asumido el cargo”.

Esta es tan sólo una primera definición. El movimiento Ciudadanos por la Revocación de Mandato tendrá dos tareas muy importantes frente a su propuesta: lograr un número significativo de firmas y encauzar un debate necesario y urgente en estos momentos sobre la conveniencia o no de la permanencia de Peña en el poder presidencial.

Twitter: @JenaroVillamil

www.homozapping.com.mx



martes, 14 de abril de 2015

Campañas, medallitas y el juicio de la gente



Arrancaron las campañas electorales propiamente dichas y ahora sí los aspirantes a un cargo de elección popular ocuparán la atención y/o desatención de las audiencias hasta la media noche del 4 de junio en que deberá cesar el bombardeo de denuncias, promesas, verdades a medias, la demagogia en que están empeñadas las dirigencias de los partidos en una subestimación del electorado que raya en lo obsceno. Por ejemplo con el anuncio de Acción Nacional en el que exige que los del partido tricolor “Devuelvan lo robado”. ¿Sólo ellos? Y los hermanos Bribiesca Sahagún. Y la muy enriquecida “pareja presidencial”. Y los negociantes de la “guerra contra el narcotráfico”. Y los diputados que exigen moches a los alcaldes panistas para gestionarles recursos. Y los involucrados en los 207 millones de dólares del “Coopelas o cuello”, denunciado por Zhenli Ye Gon, y que ahora cobran en la nómina del Senado. Y…
Campañas en pleno que encuentran al titular del Ejecutivo federal con muy baja aceptación ciudadana, acaso como no sucedía hace un cuarto de siglo, que es decir siempre, porque las mediciones demoscópicas no existían antes de que Carlos Salinas tomara Los Pinos por asalto, al decir de Cuauhtémoc Cárdenas y los suyos después del 6 de julio de 1988, entre ellos Porfirio Muñoz Ledo quien bautizó al doctor en economía por Harvard como homúnculo criminoide.

El 37 por ciento (Ulises Beltrán-Excélsior) de aceptación no le preocupa a Enrique Peña Nieto porque para su fortuna aún no se refleja en la intención de voto pronosticado (32 por ciento, según Reforma) por las encuestadoras que, esperemos, no vendan una vez más las perlas de la virgen como lo hicieron sin recato en julio de 2012, cuando pronosticaron un “triunfo arrollador” de su cliente. Televisa, Tv Azteca y el oligopolio radiofónico, con excepciones, lo recitaron a una sola voz.

“No trabajo ni me dedico al empeño de colocarme medallitas ni a tener logros personales, son logros que quiero tenga toda la nación, y a eso estoy dedicado”, fue a declarar a Chiautempan, Tlaxcala, la víspera de la semana santa, el marido de Angélica Rivera, la propietaria de la Casa Blanca de las Lomas y, además, a la que le compran decenas de costosísimas páginas en la mexicano-española revista Hola para que, supuestamente, supere la depresión que le causó la exclusiva de Carmen Aristegui y su brillante equipo reporteril.

También auguró Enrique Peña que con el tiempo habrá de someterse al juicio de la gente. Acaso se equivoca, el tiempo llegó y es el 7 de junio. Tanto si la abstención es más alta de la acostumbrada para comicios intermedios, como si el voto nulo llega a ganar más adeptos que en 2009 o tiene cierto éxito la convocatoria al boicot para, en cambio, designar alcaldes por usos y costumbres, como lo exige la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero y la Sección 22 de Oaxaca, ambas de la Coordinadora Nacional, parapetadas en los padres de familia de Los 43 de Iguala.

Lo novedoso del juicio presidencial es que asume su sexenio en su verdadera dimensión: “(…) contribuir y poner mi granito de arena, desde la gestión de mi gobierno, a que tengamos una mejor nación”. Claro que después de usar frases tan grandilocuentes como desgastadas a fuerza de tanto abuso y su falta de correspondencia con una economía que crece por debajo de la media de los últimos 33 años, un país seriamente endeudado en 29 meses, un peso vapuleado y muy precarias condiciones de vida y de trabajo para millones de asalariados y “propineros”, gracias a la reforma de la Ley Federal del Trabajo de Felipe Calderón y Peña.

Fuente original: www.forumenlinea.com

En México nunca ha gobernado la “partidocracia” sino los directores de los “poderes fácticos”



1. Los partidos políticos o la “partidocracia” nunca han gobernado en el mundo. Parece que gobiernan los partidos, pero quienes siempre han gobernado son los hombres más poderosos del empresariado, de los medios de información, de la política, los más ricos de siempre. Se da importancia a los partidos en México porque por ellos vota la población para legalizar lo que dos años antes eso que llaman “poderes fácticos” ha acordado. Los partidos sólo han sido estructuras muy prácticas y ágiles para que los gobernantes en turno trasmitan instrucciones, medidas, acuerdos, que deciden los gobernantes por decisiones de quienes realmente tienen en poder. Los gobernantes sólo han sido las figuras impuestas por la burguesía.
2. En México ha habido más de 200 partidos políticos pero de ellos sólo unos 30 han sido registrados y muy conocidos. En 1919 surgió el PCM, en 1929 el PNR (papá del PRM y abuelo del PRI); en 1939 el PAN, en 1948 el PPS, 1954 el PARM, 1950 el Partido Sinarquista, 1989 PRD, 1981 PT; además de otros 20 para procesos electorales y muchos más alrededor de políticos. Los partidos de “oposición” anteriores al año de 1977 –aunque no reconocidos o legalizados- recibían muchos apoyos políticos y económicos tras bambalinas del gobierno y del Estado para seguir viviendo; a partir de 1977 la legalización fue total y los subsidios abundantes en todos los niveles. El presidente López Portillo y su secretario de Gobernación, con ello pasaron a la historia.

3. Con la total “apertura” y legalización de los partidos en 1977 la burguesía despedazó a la izquierda y la integró a su política. Como condición para la entrega de multimillonarios subsidios, de cargos políticos, de tiempos en la TV y radio, de páginas editoriales, de pago de rentas de locales y vehículos, viajes al extranjero, etcétera a partidos, impuso el absoluto control ideológico y organizativo mediante reglamentos y prohibiciones. En adelante se advirtió que el “registro” del partido podría perderse por cualquier pequeño error y nadie –sólo un loco- podría poner en riesgo el registro del partido. Dijo entonces la izquierda: “Si tanto hemos batallado y hasta hemos puesto nuestras vidas en peligro, ¿no es acaso justo recibir la recompensa”?

4. Desde entonces cambió radicalmente el pensamiento de la izquierda. La muerte de Stalin y el deshielo del stalinismo a mediados de los 50, el debate chino-soviético, la guerra de Vietnam, el movimiento juvenil de los sesenta, la invasión de Checoslovaquia, dividían y subdividían a la izquierda; ¿qué mejor momento de la burguesía mexicana para decirle que no se hagan más ilusiones y le entren a lo electoral que les darían muy buenos dividendos políticos y económicos? Desde 1977 organizar partidos y escalar cargos se convirtió en tarea política central para los más notables políticos; continuar en la lucha social –aún debilitada- como la CNTE, de una minoría de tercos activistas de la izquierda radical.

5. La “partidocracia” nunca ha gobernado en México; el PRI y sus antecesores (el PNR y PRM) sólo han funcionado como maquinaria electoral fraudulenta desde 1929; pero desde entonces ningún presidente de la República –incluso la mayoría de sus secretarios de gobierno- se desarrolló antes dentro del partido. Basta revisar uno por uno desde Pascual Ortiz Rubio hasta Enrique Peña Nieto (los 14 mandatarios) para darse cuenta que ningún presidente ocupó en más de 70 años algún cargo importante dentro del PRI. Cada presidente salió del gabinete de gobierno y el último de la gubernatura de un estado impulsados por eso que se conocen hoy como “poderes fácticos” que no es otra cosa que el empresariado, medios de información y demás.

6. Los partidos políticos en México sólo aparecen compitiendo con cierta fuerza electoral a partir de 1988 a raíz de las elecciones nacionales fraudulentas o dudosas; del fortalecimiento del modelo neoliberal privatizador y de los arreglos entre Carlos Salinas y la dirigencia negociadora del PAN. Sólo a partir de entonces fue que los partidos políticos (PRI, PAN, PRD) comenzaron a tener importancia, pero siempre muy secundaria. Quizá tampoco en algún lugar del mundo –no sé si en alguna década en la URSS, China, EEUU, Francia o Alemania- la fuerza de los partidos gobernantes haya sobrepasado la presencia de sus presidentes o primeros ministros. Quizá no haya existido el gobierno de la “partidocracia” y los partidos sólo han sido “correas de transmisión”.

7. Lo que no puede negarse es la existencia de los partidos. Éstos han surgido desde principios del siglo XIX alrededor de las logias masónicas (la Escocesa y la Yorkina) o los partidos liberal y conservador, luchando por ideologías definidas para luego transformarse en aparatos de gobierno, de poder y con fabulosos negocios. Ni en el siglo XIX, ni en el Porfiriato, ni en la revolución gobernaron partidos, sino caciques, caudillos, presidentes al servicio de terratenientes, inversionistas extranjeros y Clero. ¿Qué pasó con los dos gobiernos panistas? El partido valió un carajo porque el presidente Fox se impuso a él y el sucesor Calderón lo convirtió en un guiñapo bajo su servicio. Peña Nieto ha convertido al PRI, PAN y PRD en sus sirvientes.

8. El PRD fue una creación de Cárdenas, Muñoz Ledo y de sus seguidores a partir de la unidad de partidos y grupos socialdemócratas. Eran partidos y grupos más o menos de izquierda que rápidamente se transformaron en socialdemócratas pacíficos y electorales. Durante seis años defendieron con pasión y honradez sus principios de izquierda, pero luego muy pragmáticos se adaptaron a las necesidades de la burguesía. El partido Morena más que un partido de tribus se ha conformado como un partido de masas con un caudillo indiscutiblemente trabajador y honrado (López Obrador); no se sabe si siga el mismo camino del PRD obligado por las mismas condiciones políticas del país que obliga a negociar, llegar a acuerdos y a aceptar lo que la burguesía quiere.

9. ¿Por qué los políticos en vez de ayudar a extender y organizar el movimiento social de los trabajadores escogen siempre el camino de organizar partidos políticos? Porque el movimiento social llega a confrontaciones con el poder, es acusado de violento y reprimido. Los partidos, por lo contrario, están totalmente legislados y controlados por la autoridad; incluso antes de registrarse se pide a la autoridad instrucciones, autorizaciones y, por cada paso, se le avisa a la autoridad para saber si están bien los trámites, las afiliaciones, los candidatos y qué acciones realizar que no estén prohibidas. Pienso que a López Portillo y a Reyes Heroles la burguesía gobernante debe levantarles un monumento a medio zócalo como sus más grandes héroes.

10. No hay “partidocracia” gobernante sino “poderes fácticos” integrados por 50 multimillonarios mexicanos de la lista de Forbes; por 50 personajes que manejan los principales medios informativos (TV, radio, prensa); por 50 políticos que manipulan legisladores, poder judicial, sindicatos, obreros, campesinos, profesionistas, sectores populares; 50 “intelectuales” que asesoran al gobierno a cambio de privilegios y 50 políticos que manejan cada uno de los partidos a cambio de millonarios subsidios. ¿Para qué entonces más partidos si sólo son estructuras piramidales que sirven para engrasar la maquinaria de dominación del sistema capitalista? ¿Por qué no pensar más en cómo organizar y extender las luchas sociales en México?



Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com

miércoles, 8 de abril de 2015

Ludismo Electoral México



John M. Ackerman

Hay que canalizar de la manera más efectiva la justa rabia y repudio al sistema corrupto y asesino que hoy se presenta como “gobierno” en México. En los albores de la Revolución Industrial, los artesanos ingleses desataron su furia en contra de las nuevas máquinas fabricantes de telas que estaban eliminando sus fuentes de trabajo. En su desesperación, los dignos “luditas” confundían las herramientas de la explotación con los autores de la do­minación. No eran las máquinas sino sus dueños los verdaderos adversarios. Esta confusión fue uno de los motivos por los cuales se quedó corto el desarrollo políti­co de Inglaterra en comparación con los vecinos revolucionarios de Francia.

Hoy ocurre algo similar con respecto a las elecciones y los partidos políticos en México. El enorme hartazgo con la clase política y los constantes fraudes electora­les han llevado a muchos a abogar por un “boicot” electoral, así como a demandar la cancelación de las elecciones en Gue­rrero. Si bien se entiende y se comparte la enorme indignación que motiva estos posicionamientos, también se vale cues­tionar respetuosamente la utilidad de las estrategias que proponen.

Lo que nos tiene sumidos en la más absoluta ignominia no son las elecciones o los partidos en sí mismos, sino el frau­de y la corrupción política. No fue el vo­to lo que llevó Enrique Peña Nieto, Ángel Aguirre y José Luis Abarca a sus puestos, sino la dictadura mediática, la compra de voluntades y la parcialidad de las institu­ciones electorales. Y hoy no somos gober­nados por partidos políticos, sino por una clase política absolutamente podrida que ha logrado corroer y destruir por dentro a cada uno de los institutos políticos que hoy malgobiernan el país.

Si los ciudadanos críticos dejan de votar u obstaculizan la celebración de las elecciones, hacen el trabajo aún más fácil a los corruptos. Las televisoras, el Institu­to Nacional Electoral (INE) y el Pacto por México avanzarán juntos con toda tran­quilidad en la consolidación de la dicta­dura mediático-militar bajo el mando de Washington y los mercados financieros internacionales.

La evidencia más clara de que la esfe­ra electoral todavía implica una amenaza para el sistema es la enorme cantidad de dinero que se invierte en propaganda en­gañosa, en “chayotes” mediáticos, en el acarreo de votantes y en la alquimia elec­toral. Si las elecciones fueran exclusiva­mente una ceremonia de legitimación no sería necesario gastar tanto en las cam­pañas o llenar al INE con tantos soldados leales al sistema. Al contrario, el sistema podría darse el lujo de garantizar un “jue­go limpio” y equitativo entre los diferen­tes candidatos, además de fomentar los debates públicos y una plena libertad de expresión.

Si la esfera electoral estuviera to­talmente controlada por el sistema no hubiera sido necesario, por ejemplo, des­pedir a Carmen Aristegui de MVS Noticias 15 días antes del inicio de las campañas federales. Tampoco haría falta la abusiva, engañosa e ilegal campaña del Partido “Verde”.

Votar libremente por los pocos can­didatos que valen la pena no es entonces “legitimar el sistema”; es precisamente rebelarse en contra del mismo. Votar de manera informada tampoco es “exten­der un cheque en blanco”, como señala nuestro distinguido colega de Proceso Javier Sicilia, sino solamente no dejar un estratégico campo de batalla totalmente libre al adversario. No deberíamos hacer tan fácil a los corruptos su trabajo de ro­barnos la esperanza y cancelar nuestros derechos ciudadanos. El gran dirigente popular Rubén Jaramillo tenía esta lec­ción sumamente clara cuando compitió por la gubernatura de Morelos dos veces, en 1946 y 1952, aún en un contexto del más profundo autoritarismo de Estado.

Ahora bien, resulta evidente que el ejercicio del voto no podrá por sí solo salvamos del naufragio nacional. El po­der del Estado nunca fue lo que algunos imaginaban que era, y hoy, después de tres décadas de entreguistas políticas neoliberales, se encuentra más debilitado y vulnerable que nunca. Para que el relevo en los cargos públicos pueda tener un verdadero impacto, hace falta construir simultáneamente una alternativa social independiente que de una vez por todas obligue a las autoridades a rendir cuentas y responder a las demandas ciudadanas.

Los importantes esfuerzos de construcción de poder popular al nivel municipal en Guerrero, Chiapas, Michoacán y Oaxaca deben ser el modelo para los niveles estatales y federales. Los policías deberían ser “comunitarios” tanto en los municipios como en todos los niveles de gobierno y en el país entero. Y el modelo de “Concejos Populares” que se aplica en pueblos indígenas tendría que extenderse a toda la nación. Luchemos para que todo México sea territorio autónomo y rebelde, no solamente algunas localidades.

Y en el camino para lograr esta ne­cesaria transformación del poder públi­co es crucial saber reconocer y valorar a los amigos y aliados. Específicamente, en cada elección tenemos la obligación de preguntarnos cuál de los candidatos estará más dispuesto a escuchar las de­mandas ciudadanas o, en su caso, sim­plemente será utilizado para reprimir a los inconformes.

Para esta evaluación habría que con­siderar tanto el talante autoritario y las trayectorias de cada candidato como los compromisos políticos que pesarán a la hora de tomar decisiones clave. En con­secuencia, la gran pregunta no es cuál de los candidatos resulta “mejor” o “menos peor”. Es: ¿Cuál encabezará un gobierno menos agresivo para el florecimiento y el empoderamiento de la sociedad combati­va y exigente que necesitamos para poder solucionar juntos los grandes problemas nacionales?

www.johnackerman.blogspot.com
Twitter: @]ohnMAckerman

domingo, 5 de abril de 2015

Prestigio creciente del abstencionismo



Es inmensa, ruidosa y apabullante la campaña mediática del gobierno, de los partidos y de los políticos profesionales para promover la asistencia de los ciudadanos a las urnas en las próximas elecciones del domingo 7 de junio. Pero también está en curso una campaña de personalidades públicas y de importantes e influyentes organizaciones sociales llamando a los ciudadanos a no sufragar y a boicotear de diversas maneras la jornada electoral.

Se sabe que, históricamente, el abstencionismo en México siempre ha sido muy alto. Pero no se puede conocer con certeza el fenómeno, porque se trata de cifras oficiales, siempre engañosas, tramposas, maquilladas para reducir su quántum. Se puede, sin embargo, aventurar que a lo largo del tiempo el abstencionismo ha superado y supera el 50 por ciento del padrón electoral.

Esto quiere decir que sufragantes y abstencionistas son en número más o menos iguales. Pero si las cifras de ambos fenómenos no son conocidas con certeza, una observación sin prejuicios puede darnos una idea de la tipología de ambos grupos en los inminentes comicios. A las urnas asistirán los satisfechos, los que están conformes con la actual situación del país, los beneficiarios del régimen político y económico, los que medran o guardan la esperanza de medrar en éste. También los miembros de los segmentos más conservadores de la población. E igualmente los más iletrados, los que tienen menor conciencia y formación políticas, entre los cuales destacan los analfabetos funcionales. Y asimismo los que temen al cambio, aunque este sea esperanzador o posible o deseable.

Por su parte, entre los partidarios y practicantes del abstencionismo se cuentan los insatisfechos, los inconformes. Los que entienden que es necesario privar al régimen de la legitimidad que busca y encuentra parcialmente en los comicios. Los que buscan una salida a la desastrosa situación del país, a la inseguridad, al desempleo, a la carencia de oportunidades. Una salida que no puede encontrarse en la viciada y fraudulenta vía electoral.

Curiosamente, en ambos grupos están presentes todas las clases sociales: ricos y pobres, empresarios y trabajadores, campesinos empobrecidos y prósperos agricultores, industriales y empleados, burócratas, sindicalistas, estudiantes, clases medias, obreros, desempleados y lumpenproletarios.

De modo que aquí se encuentra la primera parte de la elección: votar o no votar. Este sólo hecho preocupa al régimen. Un abstencionismo impreciso en cifras pero notorio en la percepción social resta legitimidad al gobierno. Y, al mismo tiempo, alienta a los inconformes a buscar nuevas maneras de combatir la caduca institucionalidad del país.

Es claro, sin embargo, que la pura abstención, aunque sea mayoritaria, no es una fuerza suficiente para lograr un cambio de régimen. Pero también es evidente que ganar la conciencia de millones de personas para que abandonen la infundada esperanza en la vía electoral como modo de mejoramiento social es ya un logro importante.

Lenin decía que en las democracias occidentales los ciudadanos tienen la posibilidad de elegir cada determinado tiempo a sus explotadores. O, podríamos agregar, a sus empobrecedores, a sus burladores, a sus enemigos disfrazados de amigos y favorecedores.

Satisfechos contra insatisfechos, tal es, en resumidas cuentas, la médula de la inminente elección y, con toda seguridad, de los comicios de los próximos años. Abstención contra participación. Permanencia o no permanencia en el sistema electoral. Las cifras oficiales no dirán cuál es el grupo mayoritario, pero una observación crítica y desprejuiciada del proceso puede dar una idea del prestigio y magnitud alcanzados por el abstencionismo, fenómeno antes despreciado y satanizado.

Blog del autor: www.miguelangelferrer-mentor.com.mx

Mexicanos se enfrentarán desde mañana a 12.5 millones de anuncios electorales


Por Redacción / Sin Embargo abril 4, 2015

México, 4 abr (EFE).- Los partidos políticos de México y los candidatos independientes “bombardearán” a partir de mañana a los ciudadanos con 12,5 millones de anuncios en radio y televisión rumbo a las elecciones intermedias del 7 de junio, según la consultora Integralia.

En términos económicos, esta campaña mediática se traduce en un costo “inmenso” para el Estado, que tiene dichos espacios en radio y televisión para fines sociales, dijo a Efe el director de análisis político y legislativo de la consultoría Integralia, Gustavo Gil Ramos.

El valor comercial de los anuncios solo en el Distrito Federal y el central Estado de México asciende a 15.814 millones de pesos mexicanos (unos 1.043 millones de dólares), “tres veces superior que el financiamiento público de todos los partidos políticos nacionales en 2015″, precisó.

El total de anuncios de esta campaña, que concluye el 4 de junio, representa un 70 % más respecto a los difundidos en los comicios intermedios de 2009, destacó.

El 7 de junio más de 83 millones de mexicanos están convocados a la urnas para elegir a 500 diputados federales y a otros 1.496 cargos públicos, incluidos los gobernadores de nueve estados.

Las tres principales formaciones del país, el gubernamental Partido Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN, conservador) y el de la Revolución Democrática (PRD, izquierda) divulgarán la mayoría de los anuncios.

Según un estudio elaborado por Integralia con información del Instituto Nacional Electoral (INE), el PRI transmitirá 3,3 millones de mensajes, seguido por el PAN, con 2,7 millones, y el PRD, con 2 millones de anuncios.

El Partido Verde Ecologista de México (907 mil mensajes), el Partido del Trabajo (767.000), Nueva Alianza (720.000) y Movimiento Ciudadano (713.000).

El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el Partido Humanista y Encuentro Social, que participarán por primera vez en un proceso electoral, tendrán el menor número de mensajes, 342.500 cada uno, mientras los candidatos independientes emitirán 342.504.

Gil Ramos destacó que la diferencia de espacios concedidos a los partidos políticos o candidatos independientes “profundiza la inequidad electoral”.

Los candidatos independientes solo contarán “con un 6,25 % del tiempo asignado al PRI; un 7,37 % del PAN y 9,50 % del PRD”, aseguró.

Los comicios del 7 de junio serán los más grandes de la historia del país, ya que por primera vez un proceso federal coincide con tantas elecciones a nivel local y estatal.

Según el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, serán los comicios “más fiscalizados y transparentes en la historia del país” gracias a la reforma político-electoral promulgada en 2014.

El titular del INE, Lorenzo Córdova, confió esta semana en que la propaganda transcurra por los medios de promoción y difusión validados por la legislación.

“Necesitamos un debate electoral tan franco como sea posible, y tan ríspido como sea necesario dentro de los marcos de la ley para que la ciudadanía clarifique la oferta política de cada contendiente y emita su voto de manera informada”, afirmó.

“Las elecciones no van a resolver los problemas que aquejan a México, pero son la vía privilegiada en democracia para debatir públicamente frente a la ciudadanía las distintas propuestas y las distintas soluciones que plantean los partidos políticos”, añadió. EFE

Las 10 violaciones de un cínico llamado Partido Verde


Jenaro Villamil

Este domingo inician formalmente las campañas federales del 2015 con un pésimo precedente: el daño irreparable ocasionado por la ilegal, ventajista y abusiva campaña anticipada del Partido Vede Ecologista de México (PVEM). Los Mirreyes del Verde no sólo han sido cínicos sino absolutamente protegidos por su principal aliado: el peñismo.

Hasta ahora, el PVEM acumula un total de 10 multas, por un monto de 185.1 millones de pesos que no pagarán ellos sino el erario público, ya que le serán descontadas de sus propias prerrogativas públicas.

Como son cínicos, los Verdes ya anunciaron que solicitaron un crédito por 150 millones de pesos al Banco Interacciones, propiedad de Carlos Hank Rohn, el financiero consentido del Grupo Atlacomulco y el peñismo. Pusieron como “garantía” sus prerrogativas públicas que ascenderán a más de 400 millones de pesos este año.

El cinismo del Partido Verde no tiene límites. Sus violaciones han sido reiteradas y han escalado: le interpusieron 4.1 millones de pesos de multa por repartir 4 millones de calendarios que no son biodegradables, como ordena la ley. En otras palabras, un partido tóxico que dice defender el medio ambiente.



Aquí un breve listado del muestrario de sus violaciones flagrantes a la ley que bien merecerían la cancelación de su registro, si ésta fuera una democracia electoral madura:

1.-La propaganda disfrazada de informes legislativos que difundieron diputados y senadores del Partido Verde mediante 239 mil 301 spots en radio y televisión, antes del inicio del proceso electoral, entre el 18 de septiembre y el 9 de diciembre de 2014. Los anuncios fueron transmitidos por 48 concesionarios de televisión (Televisa y TV Azteca, principalmente) y una radiodifusora.

2.-Por esos spots el Partido Verde pagó 76 millones de pesos, a pesar de la prohibición expresa desde la Constitución de pagar tiempos en radio y televisión. De esta manera, mostró el caminito para dinamitar el “nuevo modelo de comunicación” que tanto les molestó a los concesionarios de radio y televisión. La Sala Regional Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial ordenó una sanción por 11 millones 453 mil pesos.

3.-En Chiapas, se ha documentado que el Partido Verde ha afiliado a beneficiarios de programas sociales, algo abiertamente prohibido por la ley electoral.

4.-En todos los cines pertenecientes a la cadena Cinemex, de Germán Larrea, el magnate del cobre, el Partido Verde ha promovido sus ilegales, abusivos e invasivos “Cineminutos”. La única sanción ha sido el chiflido reiterado de los asistentes a estas salas. Están pendientes y en litigio sanciones por 11 millones de pesos de sus spots en cines y 67 millones por sus “Cineminutos”.

5.-Reparte folletos para regalar boletos de cine a través de folletos con la frase “Grandes sorpresas te esperan”. Para eso, tienen que inscribir su número celular.



6.-En las bardas de las escuelas del estado de Chiapas, gobernado por el “verde” Manuel Velasco, se pintó publicidad oficial y del PVEM en el color oficial del mismo partido. En la mayoría de esas escuelas se instalarán casillas. El INE ordenó al PVEM despintar esas fachadas.

7.-Repartió 4 millones de calendarios que no son biodegradables. El TEPJF lo multó por esto con 4.1 millones de pesos.

8.-Inició otra campaña anticipada de spots con la frase “Cumple lo que Propone”. El TEPJF lo multó por 2 millones 930 mil pesos.

9.-Trafica con las necesidades de la gente y en conjunto con Sears, Farmacias del Ahorro, Chedraui, Elektra, Cinemex y Devlyn ha repartido tarjetas de descuento.

10.-Su última y graciosa irregularidad fue pedir un crédito de 150 millones de pesos a Interacciones y poner como garantía sus prerrogativas públicas. “Viole ahora, pague después y pida un crédito”. Negocio redondo.